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Christine Lagarde

'La contratación pública debe priorizar las pymes'

La responsable del comercio del principal socio comercial de España explica su optimismo relativo sobre la ronda de Doha de la OMC y pide un trato prioritario para que las pymes accedan a una parte más amplia de los contratos públicos

La responsable del comercio exterior francés lleva la voz cantante de su país en las negociaciones multilaterales de la Organización Mundial del Comercio. Antes de su nombramiento como ministra, en junio de 2005, dirigió desde Chicago el despacho de abogados multinacional Baker & McKenzie. Defensora de la globalización, ha lanzado un grupo de trabajo que hará recomendaciones para lograr que sea más responsable y duradera.

Las conversaciones de la ronda de Doha de la OMC se han reanudado tras suspenderse en verano. ¿Confía en un final feliz después de seis años?

Estoy segura de que llegaremos a un final positivo. El problema es saber cuándo, y dudo que se pueda lograr antes de que en junio expire el permiso negociador de George Bush por parte del Parlamento de Estados Unidos. La renovación de ese permiso llevará a nuevas dilaciones.

¿Es posible un acuerdo compatible con la Política Agraria Común de la Unión Europea?

Desde luego. Ya en 2003 hicimos una profunda renovación de la PAC, entre otras cosas para adaptarla a los requisitos de la OMC. Además, hemos hecho una oferta generosa de desarme arancelario. El turno es ahora para Estados Unidos y de los países emergentes agrupados en el G-20, que deben hacer propuestas más relevantes que las realizadas hasta ahora.

Ustedes proponen hacer una discriminación positiva para las pymes en el marco de la OMC. ¿En qué sentido?

En el del sector público. Es un mercado que representa 1,5 billones de euros anuales, en el que la participación de las pymes sólo llega al 20%, cuando éstas suponen la mitad del PIB de la UE y buena parte del empleo. En países como Estados Unidos, Japón, Canadá o Corea del Sur, disponen de un acceso privilegiado a esos mercados públicos, lo que les permite salir adelante.

En la negociación de la OMC se incluye un acuerdo sobre acceso de mercados públicos, y, junto con Italia, vamos a proponer a la Comisión Europea que otorgue a las pymes privilegios para que se reserven una parte significativa de los mismos. Se puede hacer mediante cuotas, derechos de tanteo u otros requerimientos, pero hay que priorizar a las pymes en los contratos públicos para garantizar la igualdad de oportunidades frente a los países antes mencionados.

Las Bolsas mundiales llevan varias semanas de inestabilidad. ¿Cree que podemos asistir a una nueva crisis financiera internacional?

Han pasado diez años desde la gran crisis asiática, que se expandió por todos los grandes mercados. Hoy las plazas financieras del mundo disponen de mecanismos de salvaguardia para minimizar los efectos de crisis que podrían afectar a uno o dos mercados. Pueden aparecer crisis locales, pero me parece improbable asistir a otra crisis financiera internacional.

Hablemos de su país. Con el gran dato de crecimiento del cuarto trimestre, la recuperación económica parece apuntalada. ¿Qué esperan que suceda este año?

Si logramos mantener la política económica y social, e incluso aceleramos el ritmo de reformas, la liberalización de mercados y el acceso de los jóvenes a la financiación, podremos llegar a un crecimiento del producto interior bruto del 2,7% en 2007.

Esa línea económica dependerá en buena medida de las elecciones presidenciales de abril y mayo. ¿Confía en la victoria de Nicolas Sarkozy?

Desde luego. Espero que venza y que pueda acelerar el ritmo de las reformas.

¿Qué balance hace de la implantación de la jornada de 35 horas en su país?

Ha sido una mala idea, porque ha cambiado profundamente la mentalidad francesa. Discute el valor del trabajo y prioriza claramente el ocio. Hay que devolver al trabajo su significado como experiencia enriquecedora e incluso placentera.

Francia, primer socio comercial de España

Las relaciones comerciales entre Francia y España son, a juicio de Lagarde, 'muy profundas y estrechas'. Francia fue el año pasado el primer cliente de los productos españoles, con un 18,7% del total, y el segundo proveedor, sólo por detrás de Alemania.En lo tocante a la inversión, la responsable del comercio exterior francés afirma que las empresas galas, a través de sus filiales, 'dan empleo en España a cerca de 300.000 personas'.En la otra dirección, la inversión también es importante, aunque en una relación de uno a dos (dos euros invertidos por Francia en España, por cada uno a la inversa).'Somos buenos vecinos, que intercambian entre ellos en diversos ámbitos', resume Lagarde. Entre los sectores prioritarios para esas relaciones mutuas, destaca el de la automoción, el aeronáutico, los bienes de consumo y la mecánica, entre otros'.

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