La inflación subyacente supera en cuatro décimas el IPC
La inflación española se mantuvo en febrero en el 2,4%, su valor mínimo desde marzo de 2004. Sin embargo, la inflación subyacente aumentó una décima, para situarse en el 2,8%, y acumula dos meses alcistas.
La inflación mantiene su comportamiento positivo de los últimos meses, aunque aporta signos preocupantes. El índice de precios de consumo (IPC) se mantuvo en febrero en el 2,4% interanual, según las cifras publicadas ayer por el Instituto Nacional de Estadística. La cifra sitúa la inflación en su mínimo desde marzo de 2004, casi tres años atrás, un hito remarcable en un entorno de crecimiento acelerado de la actividad.
Sin embargo, el desglose publicado ayer revela que la inflación subyacente -que no computa los precios de los componentes más volátiles: la energía y los alimentos frescos- creció en febrero una décima, para situarse en el 2,8%. Así, la inflación general queda cuatro décimas por debajo de la subyacente, que es un mejor medidor de la evolución estructural de los precios.
No en vano, la fuerte moderación del IPC general registrada desde que acabó el último verano (pasó del 4% en julio al 2,5% en octubre) se debió fundamentalmente a la caída relativa de los precios de la energía, impulsados por un petróleo cuyo precio se relajó en septiembre después de más de tres años de fuertes subidas. Su impacto directo se puede observar en la evolución del precio de los carburantes, que cayó un 3,5% en el último año.
El Ministerio de Economía achaca el repunte de la subyacente al efecto base del tabaco, cuyos fabricantes entraron en una guerra de precios en febrero del año pasado para hacer frente al cambio de fiscalidad. Así, la rúbrica 'bebidas alcohólicas y tabaco' registra un incremento del 12,4% interanual, sin el cual, según Economía, la inflación subyacente hubiese permanecido invariada en el 2,7%.
Los sectores económicos que presentaron mejores resultados interanuales fueron las comunicaciones, que se abarataron un 1,4%, y el ocio y la cultura, un 0,7%. En el lado negativo, aunque a gran distancia de la rúbrica de tabacos, se situaron la enseñanza y los hoteles, cafés y restaurantes (4,6%). La vivienda se encareció un 3,8% interanual. En cuanto a las rúbricas concretas, las patatas costaban en febrero un 26% más que un año atrás, y el tabaco, un 16,6%. En cambio, los aceites se abarataron un 16,1%, y la carne de ovino, un 6,5%.
Servicios y diferencial
Otro de los factores negativos es la evolución de los servicios, en los que se dejan notar las restricciones a la competencia internacional que todavía permanecen en el mercado español. Así, la inflación de los servicios alcanzó en febrero un 3,8% interanual, 1,4 puntos más que el IPC general.
En cuanto al IPC Armonizado, que se utiliza para realizar comparaciones dentro de la Unión Europea, se situó en febrero en el 2,5%. Ello mantiene el diferencial de inflación frente a la zona euro en 0,7 puntos, según el avance publicado por la oficina estadística europea Eurostat. Una diferencia con tendencia claramente bajista (en marzo del año pasado rozaba los dos puntos), aunque todavía significativa a efectos de comparar la competitividad-precio de los productos españoles.
El secretario de Estado de Economía, David Vegara, calificó ayer de 'favorable' el IPC de febrero, y vaticinó que, de mantenerse los precios del petróleo, en los próximos meses se situará 'en el umbral del 2%'. En cuanto a la inflación subyacente, explicó que, una vez que desaparezcan los efectos de la bajada del tabaco del año pasado, cabe esperar una progresiva corrección.