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A fondo

Luna de miel con el PP en política económica

Pedro Solbes es objeto de elogios en la cúpula del PP, dato que por sí solo podría ser noticia y que, en cualquier caso, tiene su valor a la vista de las turbulencias por las que atraviesa la vida política. Su ruido ensordecedor eclipsa la luna de miel que el vicepresidente disfruta desde hace semanas con los portavoces económicos del PP, patente en el debate legislativo que se libra en el Parlamento al margen de la algarada.

Unas sencillas gafas de eclipse permiten ver sin riesgo de quemadura los acuerdos recientes alcanzados entre los dos grandes partidos en más de media docena de proyectos de ley de gran calado económico y social. La nueva regulación de las opas, la reforma mercantil, la Ley de Defensa de la Competencia o la Ley de Dependencia arrojan un grado de acuerdo entre el PSOE y el PP sin apenas precedentes, anticipo del que en breve se tratará de articular en torno a la nueva Ley Hipotecaria, recién remitida al Congreso, y la ley de la Administración Electrónica. La Ley de Suelo, aún en el Senado, es la única que pinta mal.

'Pedro Solbes es moderado, merece cierta credibilidad y hay asuntos en los que no nos podemos permitir hacer una oposición filibustera', explica gráficamente el secretario de Política Económica del PP, Miguel Arias Cañete, quien vincula esta fiebre pactista de su partido 'con la pura coherencia' y no con la presión que su formación política estaría recibiendo del mundo económico y empresarial para evitar que juegue con las cosas de comer. 'No recibimos presiones para pactar con el Gobierno estas reformas económicas. Sencillamente, es fácil pactar con Solbes por su perfil sereno y también porque se trata de asuntos técnicos que escapan a la tormenta política', explica Cañete.

Sin embargo, otras fuentes del PP reconocen que en los últimos meses sí han llovido sugerencias directas al partido por parte de importantes empresarios, banqueros y algunos presidentes de cajas de ahorro, favorables a rescatar la política económica del regate electoral. Algunos recados han sido más insistentes que otros ante el riesgo de que la legislatura agonice sin reformas o, más exactamente, con unos trajes hechos a la medida de CiU, ERC o IU.

Una de las campanas más sonoras y también más discretas ha sido la del presidente de la CECA, Juan Quintás. El caso es que el PP se ha avenido en el actual periodo de sesiones a pactar con el vicepresidente económico proyectos de calado en los que han quedado orilladas las enmiendas de los socios tradicionales del Gobierno al calor de un bipartidismo imperfecto pero eficaz. Izquierda Unida, por ejemplo, ha votado en contra de la última reforma laboral, de la reforma fiscal, de la Ley de Prevención del Fraude y de la transposición de las directivas a la ley del sector eléctrico y del sector de hidrocarburos, actitud que ha guardado también cierta coherencia con su falta de apoyo a los Presupuestos estatales vigentes.

En otros casos, el favor de ERC ha sido sustituido por el de CiU y el PNV. De cualquier modo, hay satisfacción en el equipo económico del Gobierno y en la dirección del Grupo Parlamentario Socialista por esta luna de miel con el PP, compatible con el grave divorcio abierto en otros predios.

El pasado jueves, la patronal Fomento del Trabajo reunía en Barcelona a tres de los protagonistas directos de esta etapa de felicidad, los diputados Ricard Torres (PSOE), Vicente Martínez Pujalte (PP) y Josep Sánchez Llibre (CiU), visitantes habituales del Ministerio de Economía. En un comentario distendido con empresarios catalanes, bromearon sobre la potencia del músculo del PP y del nacionalismo catalán para generar complicidades en un clima tan contaminado.

Sin embargo, más significativo aún es el esfuerzo que últimamente hacen los diferentes sectores del principal partido de la oposición por aparecer como abanderados de esta ola de acuerdos, acogida con los brazos abiertos por sus destinatarios. 'Quien dice que nos hemos echado al monte, miente. Somos serios cuando se nos presentan propuestas serias', resume Pujalte.

Resultado: esta luna de miel ha alumbrado en mitad de tanta adversidad reformas económicas con el apoyo del 80% del arco parlamentario, algo que ha pasado inadvertido y conviene acentuar.

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