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Boicot

British Airways y Virgin se revuelven contra el acuerdo de aviación de la UE y EE UU

British Airways y Virgin han iniciado la campaña para boicotear el acuerdo sobre liberalización del mercado transatlántico de aviación alcanzado por la UE y EE UU. Las dos aerolíneas temen perder su feudo en Heathrow.

Las dos compañías europeas que disfrutan el lucrativo oligopolio de los vuelos transatlánticos desde el aeropuerto londinense de Heathrow, British Airways y Virgin Atlantic, se resisten a ceder sus privilegios. Ambas han iniciado la presión sobre el Gobierno británico para que se oponga al principio de acuerdo firmado por Bruselas y Washington el pasado sábado.

Y la campaña ya ha cosechado su primer éxito. El ministro británico de Transportes, Douglas Alexandre, calificó ayer de 'insuficiente' el acuerdo que el comisario europeo de Transportes, Jacques Barrot, defenderá ante el Consejo de la UE el próximo 22 de marzo.

Alexandre reconoció en Londres, en el transcurso de una conferencia sobre el mercado aéreo, 'los importantes beneficios que se derivarían de ese acuerdo'. Pero añadió que 'dadas las negociaciones que se han producido hasta ahora, el acuerdo que hay sobre la mesa no es suficiente para permitir el acceso al mercado estadounidense que desearían algunas compañías europeas'.

Bruselas, en efecto, no ha conseguido que Washington renuncie a la norma que impide a un inversor extranjero controlar una compañía aérea estadounidense. La administración de George W. Bush presentó la propuesta para levantar esa restricción. Pero como ha descrito también en Londres el subsecretario de Estado de Transportes estadounidense, John R. Byerly, la propuesta 'fue barrida por el tifón de xenofobia que sufrió EE UU la pasada primavera con la polémica sobre Dubai Ports la empresa árabe que intentó sin éxito comprar puertos en la costa este de EE UU'.

El propio Byerly ha advertido, sin embargo, que 'si los negociadores de la UE hubieran insistido en medidas que EE UU no puede ofrecer en estos momentos, las negociaciones se habrían terminado'.

Bruselas y Washington coinciden en destacar que el acuerdo cerrado la semana pasada, aunque no sea perfecto, añadirá competencia en el mercado transatlántico y resolverá los conflictos legales que plantean los actuales acuerdos bilaterales.

El Tribunal de Justicia Europeo anuló en 2002 ocho de esos acuerdos, incluido el británico, sembrando la incertidumbre en el mercado de aviación europeo. Dos años después, las dos partes alcanzaron un acuerdo global que frustraron Reino Unido y Alemania, cuyas líneas aéreas copan el 60% de los vuelos transatlánticos.

La resistencia puede repetirse, al menos, desde Londres, donde BA ya ha empezado a sentir en su cotización bursátil la amenaza del posible acuerdo. Pero como dice Byrley, '30 años después de que Gran Bretaña y EE UU perpetraran el mayor crimen en la historiad e la aviación, la firma del acuerdo de 1977, ahora podemos poner fin a esta abominación'.

Washington pone la fusión de BA e Iberia de ejemplo

La consolidación del sector aéreo europeo sería uno de los beneficios del acuerdo de liberalización del mercado transatlántico negociado por Bruselas y Washington. Si los ministros de Transporte de la UE lo ratifican el próximo 22 de marzo, EE UU reconocerá por primera vez que las aerolíneas europeas operan bajo 'bandera comunitaria', lo que permitirá que se fusionen sin perder, como hasta ahora, los derechos de vuelos transatlánticos. 'British Airways, por ejemplo, podría comprar Iberia y Virgin establecer filiales en otros países europeos', tentaba anteayer a las compañías británicas que se resisten al acuerdo el subsecretario estadounidense de Transportes, John R. Byerly. Las dos le han respondido iniciando la campaña para mantener su oligopolio en Heathrow.

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