La crisis de Airbus hace renacer la conciencia industrial alemana
Un avión (Airbus A-350), dos jefes (el francés Louis Gallois y el alemán Tom Enders), y dos Gobiernos. Las diferencias entre Alemania y Francia por la fabricación del nuevo avión de largo recorrido A-350 no sólo ponen en peligro el saneamiento de Airbus, sino que están revolviendo la conciencia nacional germana, que apuesta ahora por una nueva política industrial. La canciller Angela Merkel y el presidente francés Jacques Chirac se reunirán mañana porque los jefes de EADS, Gallois y Enders, no han conseguido ponerse de acuerdo sobre la reestructuración del consorcio en crisis y el nuevo reparto de papeles.
Merkel no quiere que las plantas de producción alemanas se vean desproporcionalmente afectadas y se trasladen competencias a Francia. 'La nueva política industrial de los alemanes irrita a Francia', opina el diario Süddeutsche Zeitung. Los Estados federados de Baviera, Baden-Württemberg, Bremen, Hamburgo y Baja Sajonia han adquirido con bancos privados y estatales el 7,5% de las acciones de EADS (vendidas por DaimlerChrysler) porque el Gobierno no está interesado en que se modifique la relación de poder entre los grandes accionistas franceses y alemanes, en perjuicio de Alemania.
'Alemanes contra franceses: la cúpula alemana de EADS bloquea el programa de reestructuración', afirma el rotativo Handelsblatt. La confirmación del primer ministro francés Dominique de Villepin, de que el programa de reestructuración, llamado Power8, implicará un recorte de 10.000 puestos de trabajo en Airbus, ha provocado también una discusión entre los sindicatos franceses y germanos sobre quiénes son los más productivos. El jefe del comité de empresa de la planta de Airbus en Hamburgo, Burkhard Borchers, se niega a que a Alemania le corresponda sólo un 10% de la producción del nuevo A-350; es decir 'tan poco como a España'.
Según los analistas alemanes, Airbus perderá 5.000 millones de beneficios operativos por el retraso del lanzamiento del A-380. Consideran que la estructura de poder de EADS, 'influenciada por la política', genera un incremento de los costes de producción del 30%.
El plan de reestructuración y reajuste de la plantilla de Airbus prevé reducir los costes de Airbus en 2.100 millones de euros e incrementar su productividad en un 20%. Pero la prensa alemana insinúa que los gestores franceses de Airbus desean utilizar la crisis para 'arrinconar a los socios alemanes'.
Según algunos medios, más de la mitad de la fabricación del A-350 recaería en terceros. El resto se distribuiría entre las plantas de Airbus; pero habría un predominio francés. Y Alemania se niega. Desmoronándose así la estrategia de Gallois, que ofrece a Hamburgo la posibilidad de mantener su porcentaje en la producción del A-380.
La realidad que hace cambiar el paso
El Gobierno alemán optó en los años ochenta por retirarse de la industria aeroespacial y cederle esta responsabilidad al grupo Daimler. Mientras tanto, el Gobierno francés optaba por incrementar su influencia en Airbus y en la industria militar. Ahora, con la crisis de Airbus como detonante, muchos analistas se preguntan si se debe cambiar el rumbo de la política industrial.El más global de los banqueros alemanes, Josef Ackermann, dice que no tiene nada en contra de que los Estados protejan a sus empresas de la intromisión de extranjeros. El jefe del Deutsche Bank defiende así la compra de acciones de EADS. Alemania está perdiendo los nervios por el miedo al plan de ajuste y por eso se suceden las amenazas de eliminar pedidos si hay fuertes recortes.