Nueva oportunidad al 'amor' imposible de Warner y EMI
La estadounidense intenta por cuarta vez integrar su negocio con la discográfica inglesa
Como si de una de las grandes canciones de amor de la historia se tratase, Warner vuelve a la pelea para unir su destino a su gran rival y, hasta ahora, amor imposible, la británica EMI. Sólo que, en este caso, el amor realmente no tiene nada que ver con la propuesta de matrimonio, sino de dos multinacionales en problemas que pretenden capear juntos el temporal que atraviesa la industria del entretenimiento musical.
La discográfica británica anunció ayer al regulador bursátil londinense que ha recibido una nueva aproximación de compra de su rival estadounidense Warner Music. La compañía precisó que su consejo de administración 'por el momento no dispone de una propuesta en firme que considerar', pero anunció que de recibir una oferta concreta 'la consideraría' y prestaría una 'particular atención' a las condiciones, los riesgos de la operación y la valoración de la compañía y de la combinación resultante. La eventual unión de las dos discográficas podría crear la tercera del mundo, por detrás de Universal Music y Sony BMG.
æpermil;ste último acercamiento es al menos el cuarto que se produce entre ambas compañías desde que comenzó el siglo. Warner y EMI lanzaron una primera tentativa en 2000, y una segunda tres años más tarde. A lo largo del 2006, tanto la británica como la estadounidense cruzaron una serie de ofertas para absorberse mutuamente.
Finalmente, en junio EMI rechazó una de 2.540 millones de libras (3.765 millones de euros), una semana después de que la británica ofreciera sin éxito 2.520 millones de libras por la estadounidense. Cualquier esperanza de una integración cayó por los suelos después de que tribunal europeo decidiese anular los acuerdos de fusión entre la filial discográfica de Sony, Sony Music, y la de Bertelsmann, BMG. SonyBMG, eso sí, opera en la actualidad como una sola compañía, a la espera de que Bruselas concluya la revisión sus acuerdos de fusión.
Pero ahora la situación es distinta, y puede ser que esta vez sí concluya con éxito. Para empezar, la coyuntura se ha deteriorado para las empresas del sector. Las ventas de discos físicos han caído otro 20% en EE UU en las 49 primeras semanas de 2006. Esta circunstancia, unida al fracaso de lanzamientos como Rudebox, el último trabajo de Robbie Williams, llevó a EMI a rebajar sus previsiones la semana pasada.
La británica, además, es de las cuatro multinacionales la que menos penetración tiene en el canal de descargas legales, pese a ser la tercera en el ranking (superada sólo por Universal y SonyBMG y por delante de la propia Warner Music). Un panorama preocupante, toda vez que muchos analistas ven internet como el futuro del negocio musical. Las descargas de pago aún no ha logrado compensar la caída de las ventas de discos físicos. Esta situación llevó a EMI a abogar públicamente por eliminar, aunque fuera de forma parcial, los DRM, la protección en los archivos digitales.
Y lo más importante. Warner Music se ha asegurado el apoyo de Impala, la asociación que agrupa a las discográficas independientes. Este acuerdo es capital: Impala fue la que logró detener a principios de siglo la integración de Warner y EMI, y fue crucial a la hora de que la autoridad de la competencia detuviese la fusión de Sony y BMG. Las discográficas independientes, claro está, recibirán algo a cambio: 'desinversiones' de artistas por parte de la entidad resultante, iniciativas para 'asegurar la competencia' y 'licencias amplias' y ayudas para asegurar el futuro del sector independiente.
En bolsa
EMI parece haber hecho bien en anunciar las intenciones de Warner Music. Sus acciones repuntaron ayer un 8,4% (la mayor del año) en la Bolsa londinense hasta 240 peniques, lo que compensa algo la merma del 9,43% registrada en lo que va de año. La semana pasada la compañía sufrió una debacle bursátil del 12% tras anunciar que rebajaba sus previsiones de negocio para el ejercicio fiscal que concluye el 30 de marzo. La evolución de Warner Music en Bolsa en lo que va de año se salda con un descenso del 16,3% hasta valer cada una de sus acciones 19,2 dólares. Y eso, a pesar de que el anuncio de una nueva tentativa de integración con la británica EMI impulsó el valor un 5,2% a media sesión de ayer. S&P otorga una perspectiva negativa tanto a la firma estadounidense como a su rival por la caída de las ventas y su posición en las descargas digitales.