¡Por fin!
Parecía imposible, pero por fin se ha conseguido: el área euro nos sorprende en materia de crecimiento, no sólo por el elevado registro (0,9% trimestral, 3,3% interanual, 2,7% en media anual) sino porque se alcanza por la aportación simultánea de todos los países. Este primer elemento de análisis positivo, que permite mantener el optimismo de cara a 2007, se completa con un segundo: la composición del crecimiento.
Aunque todavía no se ha publicado, es posible inferir que el fuerte avance del PIB descansa en gran medida sobre la inversión empresarial. æpermil;sta fue la que generó, a través del repunte de los índices de expectativas como los PMI o el IFO, las primeras señales positivas cíclicas a partir del verano del año 2005, y que posteriormente encontraron aval en el incremento de la apelación por parte de las empresas a la financiación bancaria, especialmente a largo plazo (a tasas superiores al 10%).
La gran sorpresa positiva en 2006 ha sido el comportamiento inversor de las empresas (por encima del 5%) y, a tenor de los datos más adelantados con los que contamos, es posible estimar que seguirán aportando crecimiento, aunque tal vez a una menor tasa que el pasado año (en el entorno del 4%).
Debe ser ahora el consumo de las familias el que tome el relevo, ya que éste, a diferencia de lo observado en EE UU (o en España y parcialmente en Francia) no ha experimentado una importante expansión en el área euro. La clave está especialmente en Alemania, país que se ha caracterizado por la moderación del consumo y en el que sólo en la parte final del pasado año podría haberse observado una mayor propensión al gasto ante la inminente subida del IVA, pero, especialmente, gracias a la mayor renta disponible derivada de la recuperación del mercado laboral. Efectivamente, la contrapartida de la fuerte expansión empresarial comentada anteriormente ha sido la generación de empleo, que ha derivado en un renovado optimismo del consumidor.
Por último, sin que desde el sector público se puedan esperar grandes sorpresas positivas (ante el corsé que supone el Pacto de Estabilidad y Crecimiento), una parte de la sorpresa positiva del crecimiento ha podido proceder del sector exterior, que habría aportado alguna décima gracias al mayor dinamismo de las exportaciones y a la moderación de las importaciones, vinculado en este caso a la caída del precio del petróleo observada desde agosto de 2006.
En conclusión, noticias positivas de crecimiento en el área euro que permiten pensar en tasas de avance del PIB ligeramente por encima del 2% en 2007. A partir de estos datos, podría decirse que el BCE acertó en su estrategia de comenzar a elevar los tipos de interés en diciembre de 2005, ya que el crecimiento del PIB ha sorprendido al alza. Matizaría esta afirmación al señalar que la autoridad monetaria no ha acertado en sus advertencias inflacionistas (aunque en este punto habrá quien alegue que precisamente no se han cumplido por las elevaciones del repo).
David Cano Martínez. Socio-director de Análisis Económico y de Mercados de Analistas Financieros Internacionales (AFI)