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Lealtad, 1

El rumor que surge de la nada

El patio de operaciones está revuelto cual patio de vecinos. El renovado tirón de la Bolsa ha dado alas a la rumorología más descarada, provocando efectos de doble sentido entre los bolsistas. De un lado están quienes observan este fenómeno de 'todo vale' con la estupefacción del perro viejo. Quienes al echar mano del refranero recuerdan aquel de 'días de mucho, vísperas de nada'. Otros, por su parte, se apuntan interesadamente al de 'cuando el río suena agua lleva'. Interesadamente porque, sea cual sea el grado de verosimilitud de los rumores, lo cierto es que se hace dinero con ellos.

Ayer, por ejemplo, poco importó que æpermil;lectricité de France desmintiese su interés por comprar Iberdrola. La empresa española se disparó en Bolsa al igual que lo hizo, en el mercado italiano, Capitalia, quien supuestamente recibiría una oferta por parte de Santander. Las entidades interesadas dicen que nada de nada, pero el mercado sube. Independientemente de que algunos desmentidos sean más convincentes que otros, o de que la coletilla de no comentar rumores sea una salida por la tangente, lo cierto es que el mercado oscila como si todos los rumores fuesen ciertos cuando es materialmente imposible que sí lo sean. Es más, en ocasiones, algunas informaciones son, más allá de su verosimilitud, legalmente imposibles. Pero eso no desanima al especulador.

A veces se produce, incluso, un efecto de retroalimentación entre el rumor y el movimiento de mercado. Esto es, un valor de pequeña capitalización empieza a subir, y a continuación surge el rumor. Como quiera que hablar es barato y que en esta etapa de internet se confunden las fuentes de información con los charcos, no falta quien da al inventado rumor la forma de información basándose, claro está, en lo que pasa en el mercado. Es un nuevo modelo de rumor, aquel que está confirmado antes incluso de ver la luz, y que se disipa con tanta rapidez como las subidas.

Inbesòs, compañía inmobiliaria convertida de forma sobrevenida en estrella bursátil, dice no saber lo que pasa. Sus acciones suben como la espuma, impregnadas de una fiebre especulativa que el mercado está demasiado acostumbrado a vivir últimamente.

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