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Transporte

El gran pájaro vuelve a batir las alas

Airbus realizó ayer un vuelo de dos horas de duración desde su base de Toulouse, en Francia, para que 200 periodistas de todo el mundo conozcan y prueben su avión A-380. Este aparato es la máquina aérea más grande y sofisticada que se ha construido hasta la fecha y, a la vez, ha sido el causante de la mayor crisis institucional e industrial que ha vivido el constructor aeronáutico europeo en sus tres décadas de vida.

Aparcado en un área de estacionamiento especial y rodeado de cámaras y fotógrafos, el avión resulta imponente y algo extraño en comparación con otros modelos, especialmente de sus hermanos Airbus 330 y 340, mucho más estilizados. El A-380 tiene una apariencia robusta, no sólo por su cabina descomunal de tres pisos, dos dedicadas a pasajeros y una a carga, sino también por sus dimensiones cuadradas, diseñadas para que pueda operar sin problemas en aeropuertos convencionales. Hasta la fecha, en dos años de ensayos, ha aterrizado en 38 aeródromos. Ninguno de ellos es español, pero Airbus prepara una visita al aeropuerto de Madrid para primavera.

Los responsables del proyecto explican en un encuentro informativo, antes del embarque, que la primera entrega de un A-380 para explotación comercial a Singapore Airlines se hará, por fin, el próximo octubre. También indican que tras el rediseño del plan industrial, (en el que ha pinchado el coloso europeo), se prevé entregar 30 aparatos en 2008 y otros 25 el año siguiente.

A bordo

Después de entrar por una pasarela que lleva al segundo piso y ya en el interior de la cabina, el pasajero cae en la cuenta de que la competencia sin concesiones en la que se han embarcado desde hace décadas los constructores, Airbus y Boeing, se ha convertido en una bendición para los viajeros, que gozan cada vez de mayores comodidades y facilidades cuando vuelan en una aeronave de nueva generación. Más espacio por persona, amplitud de horizontes en techos y ventanas, zonas comunes para la tertulia o el trabajo, nivel casi nulo de ruido, asientos antientumecimiento, ambiente limpio. El Airbus A-380 no es únicamente el ingenio de la aviación comercial más grande jamás construido, sino también un paradigma de todas estas ventajas.

Contemplando el hall de entrada en el avión, con la gran escalera para bajar o subir al segundo piso, cuesta entender que durante los dos últimos años esta maravilla del diseño y de la tecnología, a causa de los graves retrasos que ha sufrido su entrada en servicio comercial, se haya convertido en el responsable de la profunda crisis que ha desencadenado en el principal constructor de aeronaves de Europa y, durante 24 meses, también líder en pedidos y entregas de aeronaves en todo el mundo.

Ahora muchas de las empresas que apostaron por ser los primeros en adquirir las 166 unidades que ya se han vendido de este emblema aeronáutico, Lufthansa, Air France, Thai, Emirates, UPS, Singapore Airlines, y así hasta 15 compañías, están desencantados por la situación del proyecto, tal y como reconoce el comandante español Fernando Alonso, que forma parte del equipo de 35 pilotos que prueban este avión. Una aerolínea, Fedex, ha anulado sus pedidos. El resto esperan que se resuelvan los problemas de cableado que han provocado las demoras; y entre tanto guardan silencio.

Lo más notable del despegue del avión es la ausencia de ruido en la cabina. Alonso explica que este aparato, una vez que ha dejado el suelo, logra una altura de 14.000 metros en 25 minutos lo que supone una marca que le reporta beneficios de consumo, confort y ahorro de tiempo.

Sentado en la butaca de la clase de negocios, el pasajero percibe que el primer activo (en el que siguen confiando las mayores aerolíneas) es la enorme disponibilidad de espacio: un 50% más que el Jumbo. La obsesión de las compañías es que sus clientes olviden que están atrapados en un tubo estanco hasta 14 horas y con escasas opciones de abandonar su asiento. Y el Airbus 380 les dará la oportunidad de ofrecer un viaje similar al de los trenes de alta velocidad en una cabina con espacios comunes para estirar la piernas o charlar con los compañeros de ruta.

El aterrizaje se produce a 255 kilómetros por hora, lo que supone un récord para un aparato que pesa más de 3.000 toneladas. La experiencia del vuelo es gratificante por el confort.

Gallois advierte que el grupo baraja vender plantas

El máximo responsable de Airbus y directivo de la matriz EADS, Louis Gallois, dijo ayer que el grupo baraja vender algunas de las factorías del constructor aeronáutico, en el marco del plan de ajuste Power8 que presentará la compañía el día 20.'Tenemos excelentes fábricas en Alemania, Francia, Inglaterra y España. Pero no nos podemos permitir que las cuantiosas inversiones que harían falta para asegurar cada una de las factorías sólo provengan de nuestros propios recursos. Por eso, tenemos que discutir si, para algunos emplazamientos, no sería más lógico, desde un punto de vista económico, que estuvieran gestionados por socios. Esto permitiría inversiones, abriría nuevos mercados y contribuiría a asegurar los puestos de trabajo a largo plazo', señaló en una entrevista concedida al diario alemán Die Welt.A juicio del directivo, Airbus debería centrarse más en las actividades de su negocio principal y, desde esta perspectiva, revisar su relación con socios y proveedores. Además, incidió en la necesidad de ganar en eficiencia 'en la administración y las centrales'.

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