Bruselas admite que las nuevas normas de emisiones podrían perjudicar a España
La Comisión Europea fija como objetivo vinculante una reducción del 25% del nivel de emisiones de CO2 para los automóviles. Bruselas reconoce que, con esta medida, España y Reino Unido pierden capacidad competitiva.
La Comisión Europea lanzó ayer un llamamiento a los fabricantes de automóviles para que se unan 'de forma positiva al reto de cambio climático', según las palabras de su presidente, José Manuel Durão Barroso. El Ejecutivo comunitario comunicó que el objetivo global de emisiones de 120 gramos por kilómetro en 2012 pasa a ser vinculante. Esta cifra supone una reducción del 25% respecto al nivel actual.
El vicepresidente de la Comisión y responsable de Industria, Günter Verheugen, aseguró ayer en declaraciones a los periodistas que España y Reino Unido podrían ser los países más perjudicados por el aumento de costes que producirá esta norma, informa Europa Press. Ambas industrias están especializadas en vehículos pequeños y medianos.
'Los automóviles que se fabrican en España corresponden a las categorías que peor podrán asumir los costes de fabricación asociados a las nuevas medidas. Las antiguas ventajas de España como país que ofrecía una mano de obra barata ya no son tales, y hoy España sufre una desventaja en la competencia porque se encuentra en una situación periférica con respecto a este mercado europeo', explicó.
'Ahora la cuestión es saber cómo conseguir que esa enorme presión de los precios que sufren los fabricantes de pequeños y medianos automóviles no les lleve a plantearse cerrar instalaciones de producción y llevarlas a otro lugar. Eso es algo que afectaría especialmente a los dos países (España y Reino Unido) y es lo que pretendemos evitar', recalcó.
La carga de la medida se reparte entre los fabricantes de coches y uso de los vehículos. Fija para los productores un límite de 130 gramos por kilómetro, frente a los 161 gramos actuales. La CE cuenta con que se logre otro 10% adicional a través de medidas complementarias como el uso de biocarburantes o de sistemas que recomienden a los automovilistas un modo de conducción más ecológico y mejoras en los neumáticos y el aire acondicionado para lograr más eficiencia.
ACEA, la patronal de los fabricantes en Europa, aseguró ayer que 'no puede estar de acuerdo' con las medidas. Según un comunicado de prensa, 'las propuestas están desequilibradas y dañan la economía europea en términos de riqueza, empleo y crecimiento'.
La patronal española Anfac reiteró ayer que la propuesta de la CE 'repercutirá en la industria española por la importancia de su producción'. No obstante, su responsable de Transportes y Movilidad, Fernando Acebrón, indicó que es 'difícil evaluar el impacto', porque Bruselas debe determinar cómo se articulará la propuesta.
En todo caso, recordó que, de acuerdo con los propios estudios de los asesores de la CE, el coste de incorporar tecnología para reducir las emisiones por debajo de 120 gramos alcanza más de 3.000 euros por vehículo.
En España, sólo el 8% de los vehículos matriculados en 2006 emitían menos de 120 gramos de CO2 por kilómetro, a pesar de que los fabricantes ofrecen más de 50 modelos con menores emisiones.
Medidas de los fabricantes que 'no penalizan a la industria'
La patronal europea de fabricantes de automóviles ACEA pidió ayer una serie de medidas que, en su opinión, 'lograría una mayor reducción de CO2 sin afectar a la industria europea'. De acuerdo con sus datos, la industria automovilística emplea de forma directa a dos millones de europeos y crea otros 10 millones de puestos indirectos.La asociación parte de la instauración de una fiscalidad del automóvil en función de su nivel de emisiones. Así, en su opinión, se absorberían mejor los costes y algunas tecnologías que actualmente son muy caras podrían competir en el mercado y ser rentables. También se promoverían los biocarburantes.La patronal reclama una mejor gestión del tráfico rodado y mejores infraestructuras. Aboga además por hacer más hincapié en el uso del coche y promover la conducción ecológica, con el uso de una velocidad constante, marchas largas y el control regular de la presión de los neumáticos. Según ACEA, estos gestos podrían reducir el CO2 en un 15%.