Las vías de entrada para convertirse en analista financiero
Existen títulos de prestigio para mejorar la formación de quienes analizan el mercado
El mercado aún no ha valorado las ventajas de crecimiento del plan estratégico de Unión Fenosa. Aconsejamos la compañía', este es uno de los veredictos emitidos esta semana por un analista bursátil. Una recomendación que se une a una larga retahíla de consejos que inundan cada día el mercado y que influyen en el devenir de la Bolsa. ¿Cómo logra uno entrar a formar parte de esta profesión tan influyente?
La respuesta es sencilla: años escudriñando las cuentas de las empresas y experiencia en el trato con los directivos. Lo cierto es que existen vías previas para entrar en este club. Una es a través de cursos especializados. El Instituto Español de Analistas Financieros (IEAF) ofrece la posibilidad de obtener el título de analista financiero internacional CIIA. (en sus siglas en inglés). Lograrlo requiere dos cursos académicos, la aprobación de dos exámenes y el pago de una matrícula.
¿Quién opta por estos cursos? 'El perfil suele ser el de aquellas personas que quieren entrar a trabajar bien formadas y con un sueldo mayor. Otros optan por saltar directamente de la universidad a un trabajo y obtienen la formación con la práctica. Todos los bancos tienen programas para iniciados', comenta Rafael Sarandeses, responsable de IEAF.
Muchos profesionales que buscan el prestigio asociado a un título también deciden ahondar en su formación. Y en la actualidad, además del título CIIA que imparte IEAF existen otros como el también reconocido a nivel internacional CFA. 'Son paralelos y al mismo tiempo competitivos. El nuestro está más extendido en Europa y Asia. El otro en EE UU. Estamos trabajando para unificarlos pero es complicado. Hay matices personales', añade Sarandeses.
Unos matices que no tardan en aparecer. Cada uno barre para su casa. 'El CFA es el título de mayor prestigio. Toca un cuerpo de conocimiento amplio para todo aquel ligado al mundo de la gestión de activos. Tiene un prestigio internacional tremendo. Es difícil conseguirlo porque es intenso en conocimiento', explica Ángel Santo Domingo, presidente de la asociación CFA en España.
Luchas al margen, lo cierto es que los títulos ayudan a dotar la profesión de mayor prestigio. Y para entrar a formar parte de la asociación IEAF se requiere el título de analista o bien la demostración de al menos tres años de experiencia. 'La asociación tiene como objetivo el intercambio de información para que la profesión progrese y que todos los miembros acepten un código ético', explica Rafael Sarandeses, responsable de IEAF.
Una profesión que por su influencia es clave que se ejerza con ética. La figura del analista bursátil saltó a la fama hace siete años coincidiendo con la euforia tecnológica que vivieron los mercados. Entonces estos profesionales se convirtieron en estrellas mediáticas y sus opiniones contribuían de manera decisiva a la escalada en Bolsa de las empresas que recomendaban. Una época en la que todo lo relacionado con Internet o la tecnología subía como la espuma.
La llegada de las vacas flacas, es decir el estallido bursátil posterior, las caídas en picado de las Bolsas y la quiebra de muchas supuestas promesas empresariales sacó a la luz una serie de irregularidades. Muchos analistas, llevados por la avaricia, aconsejaban casi a ciegas a empresas que eran clientes de otras áreas de negocio de su banco.
Una vez curadas las heridas, con la separación de los departamentos de análisis de la banca de inversión, la figura del analista vuelve a cobrar protagonismo. Especialmente en una época en la que la participación de las familias en la Bolsa crece año a año. A cierre de 2006 en España representaban ya el 23,6%.
Pertenecer a IEAF es una manera de dotar ensalzar la profesión, ya que sus miembros están obligados precisamente a cumplir un código ético para evitar los errores del pasado. Con todo, la reticencia a emitir recomendaciones negativas persiste y las positivas siguen siendo hoy más numerosas.
Una ocupación aún sin regular
'Al analista no le vigilan porque sólo emite juicios de valor', explica Rafael Sarandeses, responsable del Instituto Español de Analistas Financieros. 'Lo cual en mi opinión es un error porque sus decisiones sí pueden afectar a la cartera de muchos inversores'.La reforma del sector financiero contemplada por la directiva comunitaria (Mifid) que entrará en vigor el próximo mes de noviembre no regulará a la figura del analista, aunque sí la del asesor financiero. El objetivo de la normativa es defender los intereses de los consumidores y evitar que se produzcan irregularidades o escándalos. 'Muchos asesores son analistas pero el asesor tiene unas capas más. Utilizan la información que reciben o su experiencia para guiar al inversor', comenta Francisco Álvarez, presidente del Instituto Financiero Anaf.El analista bursátil puro, por tanto, no deberá responder a ningún requisito como los asesores. El analista, por tanto, se enfrenta a una situación de más incertidumbre.'A veces un analista tiene información privilegiada sensible y tiene que saber qué hacer. Por eso se exige un código ético', añade Sarandeses.De hecho, el IEAF ha pedido a la CNMV que cree un registro de analistas en el que se especifique quiénes están inscritos y qué requisitos profesionales siguen. Algo sobre lo que el regulador aún no se ha pronunciado.En la actualidad unos 1.400 analistas están inscritos en el IEAF pero hay más que ejercen la profesión sin acatar específicamente su código ético. Sus actuaciones dependen de su propia profesionalidad o de los requisitos que tengan los bancos en los que desempeñen su actividad.