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Gobierno

Zapatero basará el resto de la legislatura en los logros económicos

El golpe asestado por ETA a las esperanzas de paz empieza a ser encajado por el presidente del Gobierno. José Luis Rodríguez Zapatero expresó ayer su intención de agotar la legislatura sobre la base de las reformas económicas y sociales pendientes, aunque reconoció que todas ellas quedarán articuladas a lo largo de este año.

En un desayuno que congregó ayer en un hotel madrileño a varios centenares de empresarios y políticos bajo el paraguas del foro Nueva Economía, el presidente expresó con claridad su interés en eliminar del centro de la agenda política las circunstancias derivadas del atentado perpetrado por ETA en Barajas, que confluyen en una única prioridad para el Ejecutivo: conseguir la más amplia unidad política en contra del terrorismo. La vida continúa y Zapatero mostró su propósito de recuperar una cierta normalidad dentro de un trayecto en cuya acera central situó la política económica.

El único dato novedoso que aportó, en realidad, al respecto implica una revisión al alza del superávit del conjunto de las administraciones públicas en 2006. Anunció que será del 1,6% del PIB frente al 1,4% previsto en el último informe enviado por el vicepresidente Pedro Solbes a Bruselas. Pero quizás lo más interesante por cuanto define el camino por el que el presidente quiere guiar su acción política en los próximos meses sea el contexto en el que brindó este dato. 2006 es para Zapatero 'el año más brillante en términos económicos de la etapa democrática', pues aparte de este superávit se crearon 700.000 puestos de trabajo gracias a un crecimiento del 4% del PIB, se controlaron mejor los precios y el déficit exterior y se asistió a una mejora en los niveles de deuda sin precedentes.

El presidente elogió la actitud 'ejemplar' de sindicatos y empresarios y esbozó un panorama aún más esperanzador para este año, en el que el Gobierno prevé la creación de 600.000 empleos y la consiguiente reducción de la tasa de paro por debajo del 8%, la reconversión de 500.000 contratos temporales en indefinidos, una nueva inyección de 7.000 millones al fondo de reserva de la Seguridad Social, que alcanzará el 4% del PIB, una rebaja de tres puntos de la deuda en relación al PIB, un nuevo superávit de las cuentas públicas superior al 1%, todo ello convenientemente aderezado por un crecimiento que rondará el 3,5%. Zapatero reconoció que en 2007 'concluirá prácticamente esta legislatura de cambios, en la que España saldrá en mejores condiciones de las que entró', aunque, con posterioridad, matizó que hará todo lo que esté en sus manos 'para agotar la legislatura'.

La reforma fiscal que ha entrado este año en vigor y que, según los datos del presidente, será percibida por el 99,5% de los trabajadores gracias a una rebaja media del 6%, tendrá continuidad en el tiempo, pronosticó Zapatero, gracias al buen comportamiento del déficit público y la deuda. Lo mismo vale para el Impuesto de Sociedades que por primera vez en 25 años ha visto modificado su tipo general dentro de un proceso gradual que durará hasta el año que viene. El vicepresidente de la CEOE, Gerardo Díaz Ferrán, le preguntó por escrito al presidente si podría verse en el futuro una reducción más acentuada de este tributo, posibilidad que Zapatero tampoco descartó.

Batería legislativa

En su afán por demostrar que el Gobierno cabalga de nuevo con la mochila llena de proyectos, el presidente recordó algunos de los que concitarán en los próximos meses la atención de varios ministerios, bien porque su aplicación sea inminente, bien porque entrarán pronto en el Congreso. Entre ellos citó la norma que regulará los derechos de acceso a la información y participación pública en materia de medio ambiente, la Ley sobre evaluación de los programas medioambientales, la de Parques Nacionales y la Ley del Suelo.

En su larga lista, que recordó al examen propio de un debate del estado de la nación, incluyó también la Ley de Calidad del Aire y Protección de la Atmósfera, la de Defensa del Patrimonio Natural y la Biodiversidad, la Ley de Responsabilidad Medioambiental y la reforma de la Ley de Aguas.

El desarrollo de la ley de Dependencia y de la ley de Igualdad marcará, en opinión del presidente, un antes y un después cuyos efectos también se dejarán notar antes de que finalice la legislatura. Aquellos que tienen 'ansiedad' y buscan las elecciones anticipadas, dijo en referencia al PP, tendrán que esperar.

Negociación tranquila de la financiación autonómica

Tenía toda la razón el vicepresidente económico, Pedro Solbes, cuando en las pasadas Navidades advirtió de que el nuevo modelo de financiación autonómica posiblemente no entre en vigor en esta legislatura. Zapatero confirmó ayer que el Gobierno afrontará esta negociación de manera tranquila porque requerirá tiempo.Para el Ejecutivo, confesó el presidente, no supone en este momento una 'urgencia', por lo que afronta esta asignatura pendiente con 'serenidad y tranquilidad'. Así se lo trasladó también Zapatero al presidente de la Generalitat, José Montilla, durante su reciente encuentro en la Moncloa.En todo caso, avanzó el presidente, el Estado aún dispone de capacidad financiera para encajar 'una reforma razonable'.

Rechazo a las nucleares y apuesta por las renovables

Nunca con tanta claridad como ayer se había pronunciado el presidente del Gobierno sobre su escasa simpatía por la energía nuclear. Zapatero señaló que ésta 'sigue planteando un problema serio que deriva de lo que se puede hacer con los residuos nucleares, al que todavía no hay respuesta eficaz'. El presidente dejó claro que hay que apostar 'por las energías renovables y por una política europea sobre energía'. En este sentido, subrayó de forma clara que no tiene entre sus planes 'retomar un programa de desarrollo o incremento de la energía nuclear'.El presidente señaló también que el futuro de Endesa toca decidirlo a los accionistas y al mercado. 'Espero que sea en beneficio de los intereses del país', observó.

Buena relación con EE UU, pero inexistente con Bush

El presidente diferenció lo que es la relación entre España y Estados Unidos, en la que no detecta problemas, y la suya personal con el presidente George Bush, casi inexistente. 'No hemos tenido ningún conflicto salvo lo que es evidente, que no compartió para nada mi decisión, pero entre cumplir la voluntad de los ciudadanos y no tener nunca un encuentro con el presidente Bush, que parece que es lo que él quiere, lo tengo clarísimo, cumplir la voluntad de los españoles', sentenció en referencia a la retirada de Irak.Zapatero insistió en que las relaciones bilaterales no se ven afectadas por eso, 'pues sólo faltaría que dependieran de lo que pueda querer el presidente Bush o de las condiciones que pueda haber para una entrevista'.

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