Lo mejor del Atlántico gallego
Cinco socios gallegos se han unido en un nuevo restaurante que rinde culto a la mejor despensa marina de su tierra. María Pita (Orense, 70. Madrid. Tel.: 91 567 15 58) lleva abierto un par de meses en una de las zonas más clásicas de la capital por su oferta culinaria. En la parte de arriba, una barra y cuatro mesitas para compartir raciones; abajo, un agradable comedor decorado con sencillez, que poco tiene que ver con la estética de las típicas marisquerías. Porque aquí lo que importa e interesa es el producto, un sólido y convincente argumento.
Jacinto Souto, propietario del coruñés Río Ulla y embarcado también en el proyecto, es el encargado de comprar directamente en la lonja de La Coruña los mejores pescados y mariscos. Con un sistema de transporte propio llegan a Madrid bogavantes (60 euros/kg), camarones (240 euros), cigalas de tronco (160 euros), centollas (60 euros la unidad), almejas (25 euros la ración), percebes (entre 150 y 200 euros) o angulas (80 euros los 100 g), además de buenas piezas salvajes de rape, lubina, mero o rodaballo (entre 26 y 32 euros el plato).
La excelente materia prima no requiere grandes elaboraciones culinarias y por eso los pescados se preparan simplemente a la plancha o con ajada a la gallega, y los mariscos cocidos o a la plancha. Junto a éstos unos entretenimientos de picoteo (pulpo a feira, empanada, croquetón de centollla, jamón), con un inexcusable salpicón de bogavante, de los mejores que se puedan comer en la capital. Sirven también un arroz con bogavante y huevos fritos con patatas -magníficos cachelos- en tres versiones (con angulas, cigalas o jamón ibérico), y, para los carnívoros, un entrecot de ternera del país. Los pescados, fresquísimos, mejorarían con un poquito menos de cocción, algo muy común en los establecimientos gallegos.
Los postres, de hechuras caseras y desigual fortuna, pasan por las filloas, las cañitas, la tarta de almendras o un surtido de quesos gallegos. Para acompañar, la carta de vinos opta por los blancos de rias baixas, ribeiros y valdeorras, con pocos pero bien elegidos tintos. Y aunque los precios dependen mucho de lo que se pida, se mueven en parámetros razonables teniendo en cuenta a cómo se cotiza el producto. Precio medio: 60-80 euros.