Capricho de los sentidos
La firma de los aros ya ofrece un descapotable sobre la base del último TT. Se llama TT Roadster y rinde 200 o 250 CV
Como sucedía en la anterior y exitosa generación TT, la nueva ya suma su propia secuela descapotable, un Roadster biplaza de líneas ciertamente sugerentes que incrementa el deleite al volante. Y es que en sólo 12 segundos, un tiempo rápido para lo habitual en esta clase de modelos, el nuevo TT Roadster evoluciona, casi como por arte de magia, de cupé a cabrio -o viceversa-. Basta con pulsar un botón del cuadro y de forma motorizada, incluso en marcha y hasta 50 km/h, la cobertura desaparece detrás de los asientos para ocultarse en un cofre específico con tapa rígida.
Circulando rápido en esa fisonomía se generan turbulencias que el coche ataja con notable eficacia a través de un derivabrisas de serie que se alza de modo eléctrico. Por otra parte, si la opción pasa por viajar con el techo puesto, o no hay más remedio que hacerlo porque llueve o hace frío, es bueno saber que su capacidad aislante es notable, ya que suma una cubierta acústica adicional. De todos modos, a más de 120 km/h se aprecia algún que otro silbido aerodinámico.
Derivada del TT Coupé, la carrocería del TT Roadster combina aluminio -58%- con acero de alta resistencia, un cruce que asegura ligereza y rigidez a partes iguales. Es más, la marca asegura que esta variante resulta un 120% más firme que la anterior, lo que al volante se deja notar hasta en carreteras de mal firme. Otro apunte: la calidad interior, con materiales de prestancia y ajustes milimétricos, roza la perfección.
El elenco mecánico del TT Roadster está configurado por dos opciones de gasolina. De una parte, un soberbio 3.2 V6 de 250 CV, tan progresivo como dinámico. Es más, sus prestaciones son espectaculares -250 km/h y aceleración hasta 100 km/h en 5,9 segundos-. Para colmo de bienes, tanta energía no supone pega gracias a la adopción, de serie en esta versión, de la tracción total Quattro. También se puede solicitar con la caja de cambios automática y secuencial S-Tronic -2.500 euros- con levas en el volante, reacciones instantáneas al engranar o reducir velocidades y consumo mixto más favorable.
Esta transmisión también está disponible en la versión de acceso TFSI de 200 CV -237 km/h y 6,7 segundos hasta 100 km/h- de tracción delantera, pero en la práctica igualmente efectiva, e incluso algo más compensada que la 3.2. Sepan que si las pretensiones del propietario pasan por extraer todo el potencial al coche no estará de más la opción Magnetic Ride -1.490 euros- que de forma automática adapta la firmeza de la amortiguación al estilo de conducción que se ejercite en cada instante; también cuenta con dos posiciones, confort y sport, seleccionables desde el puesto de conducción. Por cierto, la dotación de serie contempla en la gama cuatro airbag, alarma, antinieblas, kit reparapinchazos -van sin rueda de repuesto-, tren de rodaje deportivo, ESP, radio-CD o climatizador. El 3.2 añade cuero, faros bi-xenon y otros detalles estéticos.