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Legislación

Denuncian a Nokia, Samsung y Panasonic por una supuesta violación de la patente sobre Bluetooth

Bluetooth, el estándar por el que los teléfonos móviles se comunican entre si y con dispositivos como los 'manos libres' puede convertirse en la próxima víctima de la reivindicación de patentes. La institución que gestiona la comercialización de las tecnologías registradas por la Universidad de Washington (EE UU) ha denunciado a Nokia, Panasonic y Samsung por infringir una patente al incluir en sus móviles esa funcionalidad, y exige el pago de una indemnización.

La acción legal de la Fundación de la Investigación de Washington -que defiende las tecnologías propiedad de las universidades públicas de ese estado- se basa en una patente concedida en 1999 al científico de la Universidad de Washington Edwin Suominen, que otorgaba derechos sobre un método simplificado para emitir y recibir señales de alta frecuencia. La acción legal parece estar limitada a los dispositivos vendidos o utilizados en EE UU, lo que afectaría a entre el 15 y el 20% de los móviles con Bluetooth de todo el mundo.

Este tecnología fue inventada a mediados de los años noventa por Jaap Haartsen, un ingeniero de Ericsson, para sustituir a los cables las comunicaciones a corta distancia. Después fue desarrollada por equipos de investigación de la compañía sueca y otras tres del sector, que desde entonces la han puesto a disposición de los fabricantes de forma gratuita a través del Bluetooth Special Interest Group (SIG).

Haartensen afirma que no es la primera vez que alguna institución o empresa reclama la propiedad de Bluetooth. "Habrá que ver como se resuelve ésta", ha declarado. Nokia, por su parte, señala que está estudiando la demanda, mientras que Samsung y Panasonic no han realizado declaraciones.

Aunque la demanda se dirige contra estos fabricantes, su verdadero objetivo parece la compañía británica CSR, fabricante del chip que permite la comunicación inalámbrica Bluetooth que usa buena parte de la industria de los móviles. Un portavoz de esta compañía, que no vende sus chips en EE UU pero si llega a este mercado a través de los fabricantes demandados, ha señalado que están estudiando detenidamente la demanda, pero no ha querido realizar más declaraciones.

La denuncia de la Universidad de Washington sigue a tres años de contactos informales con los fabricantes, según ha declarado Michael Lisa, portavoz del demandante. "No rechazaremos acuerdos razonables, pero si no recibimos una oferta iremos a juicio", ha declarado.

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