El paraíso de los juguetes está en la Quinta Avenida
Hace ya casi 20 años, un juvenil Tom Hanks aporreaba con los pies un gigantesco piano en Big, la película que le lanzó a la fama. Aquel fantástico piano, cuyas teclas se iluminaban al saltar, no era un piano cualquiera. Miles de neoyorquinos y otros tantos turistas lo reconocieron al instante al verlo en la pantalla: era el emblemático piano de FAO Schwarz, la juguetería infantil más famosa del mundo.
Hoy el piano gigante de FAO Schwarz se puede tocar en casa. Ni siquiera hay que acercarse al 767 de la Quinta Avenida, en Manhattan (o a alguna sucursal, como la que existe en Las Vegas) para comprarlo. Con un clic de ratón se puede encargar un regalo de Navidad o de Reyes que hará las delicias de los niños y dejará una huella de 250.000 dólares (190.000 euros) en la cuenta corriente de sus padres. Eso sí, el tiempo de espera por cada piano es de 12 semanas, más el necesario para enviarlo a su lugar de destino. Así que esta vez no podrá ser. Habrá que esperar a la próxima Navidad.
La clásica juguetería neoyorquina, fundada en 1896 por un inmigrante alemán llamado Frederick August Otto Schwarz, tiene juguetes para todos los gustos y bolsillos. Entre sus tentaciones más caras destacan, por ejemplo, unas perfectas casas de tamaño liliputiense -se llaman Lilliput Play Houses- lo suficientemente amplias como para albergar a varios niños. Si está usted pensando en esas pequeñas cabañas de madera para el jardín que se pueden comprar en España, olvide la idea.
Las casas de FAO Schwarz reflejan distintos estilos arquitectónicos y cuentan con porches, ventanas acristaladas, timbre de entrada, miradores, paredes pintadas a la esponja, escalera interior, suelos de madera y otros tantos detalles a cada cual más decorativo. El modelo Gran Mansión Victoriana sale por 22.000 dólares (unos 16.700 euros). Un capricho.
¿Que sus hijos están en esa edad en que quieren tener todas sus cosas iguales a las de su padre o su madre? Una opción para sorprenderles es solicitar una cita para que los diseñadores de FAO vayan a su casa y los artesanos de la juguetería reproduzcan la vivienda a escala de casa de muñecas. El juguete, que cuesta 10.000 dólares (7.600 euros), ha sido pensado más para adultos que para niños y por razones de logística no puede encargarse desde este lado del Atlántico. Ya se trate de su vivienda habitual, su casa de la playa o su chalé de invierno, la miniatura reproduce la misma pintura, el mismo papel de pared e incluso muebles idénticos. 'Son piezas pensadas para ser transmitidas de generación en generación', explica la juguetería en su página web (www.fao.com).
También hay opciones igualmente lujosas, pero algo más accesibles. Es el caso de un arca de Noé fabricada artesanalmente en madera con pintura al agua, que tiene un precio de 1.200 dólares (900 euros). O un deslumbrante disfraz de reina realizado en organza, terciopelo, lamé dorado y cristales Swarovski, que le permitirá vestir a su hija de Lady Anne Neville, la esposa del monarca Ricardo III, por unos 2.700 dólares (alrededor de 2.000 euros).
Una hermana gemela de plástico y en miniatura
Para un adulto resulta un objeto un tanto inquietante. Para una niña es el juguete del año. La Fábrica de Muñecas de FAO Schwarz no sólo realiza piezas a medida para todos los gustos (con el color de pelo, piel y ojos que el cliente determine). La juguetería dispone de muñecas que reproducen en miniatura el físico de sus pequeñas propietarias. Se llaman My Twinn, cuestan alrededor de 140 dólares (100 euros) y aspiran a ser la hermanita gemela que su hija nunca tuvo. Además de elegir el color de ojos, textura y color de pelo, tono de piel y otros rasgos faciales, el cliente debe enviar una fotografía de la niña a la que irá destinada la muñeca para que sirva como modelo. Las piezas se pintan a mano e incluyen sin coste adicional detalles como las marcas de nacimiento. Si no le da miedo, puede tenerla en casa en unas semanas.