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Energía

Gazprom amenaza con cortar el suministro de gas a Bielorrusia

La ausencia de consenso entre el consorcio ruso Gazprom y Bielorrusia sobre las tarifas del gas para 2007 amenaza con bloquear el suministro de gas ruso a esta república ex soviética y con extender incluso el conflicto a la Unión Europea, como ya ocurriera hace un año con Ucrania.

La empresa rusa Gazprom cortará el suministro de gas a Bielorrusia si este país no accede a la subida de tarifas que pretende el consorcio. El aviso lo dio ayer un portavoz de la compañía, reaccionando a su vez a las amenazas del gobierno bielorruso de cortar el suministro de gas ruso que pasa por su país en dirección a la Unión Europea.

El gasoducto Yamal-Europa, tendido a través de Bielorrusia, transportó 30.000 de los 147.000 millones de metros cúbicos de gas natural que exportó Rusia a los países europeos en 2005, es decir supone un 20% del gas ruso que se vende en la UE.

Aunque el gasoducto es propiedad de Gazprom, el consorcio ruso necesita cerrar un contrato con las autoridades bielorrusas sobre el tránsito del carburante por este país que, a su vez, condiciona la firma de este documento a un acuerdo sobre los precios del gas.

El 20% del gas ruso que recibe Europa llega a través del gasoducto Yamal

Desde 2002 Bielorrusia recibe el gas ruso a una tarifa preferencial de 46,68 dólares por mil metros cúbicos y hasta el momento rechaza el precio de 110 dólares ofertado por Gazprom para el próximo año. Esta tarifa, pese a representar más del doble de la actual, es bastante inferior a la que el consorcio ruso fijó a otras repúblicas de la ex Unión Soviética para 2007, como, por ejemplo, a Moldavia (a la que cobra 170 dólares) y a Georgia (235 dólares).

Según el viceprimer ministro bielorruso, Vladimir Semashko, quien anunció ayer las hasta ahora fallidas negociaciones con Gazprom, su país está dispuesto a pagar un máximo de 75 dólares por mil metros cúbicos de gas, tarifa que en su opinión garantiza al consorcio ruso una rentabilidad superior al 110%.

Semashko dijo que ese precio ya había sido acordado con Gazprom y que el aumento de la tarifa hasta los 110 dólares había sido una sorpresa.

'Después de mantener prolongadas negociaciones con Gazprom confiábamos en la honestidad y la consecuencia de nuestros socios, pero no ha sido así. Lo que ha ocurrido sólo puedo calificarlo de provocación', dijo Semashko a su regreso a Minsk desde Moscú, según la agencia oficial bielorrusa Belta. El Gobierno bielorruso anunció ayer también su intención de elevar al doble la tarifa por el tránsito del gas ruso a través de su territorio, que actualmente es 75 centavos de dólar por el bombeo de mil metros cúbicos cada cien kilómetros.

El tramo bielorruso del gasoducto Yamal-Europa tiene unos 500 kilómetros de longitud, por lo que, de firmarse las nuevas tarifas de tránsito, Gazprom tendría que desembolsar 6,5 dólares por cada mil metros cúbicos de gas natural que exporte a Europa a través de Bielorrusia. El contrato de tránsito es precisamente una de las principales bazas del Gobierno bielorruso en sus negociaciones con Gazprom, por lo que parece muy poco probable que lo suscriba sin llegar antes a un acuerdo sobre la tarifa del gas.

Sin la firma del contrato de tránsito las autoridades bielorrusas pueden declarar el gas ruso como contrabando y, por tanto, interrumpir su bombeo y, con él, las exportaciones de Rusia a Europa a través de su territorio.

Algunos expertos advierten de que las pérdidas de Gazprom por incumplimiento de contratos con sus clientes europeos podrían ser incluso superiores a los beneficios que le reportaría el aumento del precio del gas a Bielorrusia.

Todo ello, sin considerar la merma que sufriría la fiabilidad de Gazprom como suministrador, que ya se vio afectada a comienzos de este año por un conflicto similar de tarifas con Ucrania, país de tránsito para casi el 80% de las exportaciones de gas ruso a Europa. Aquella primera 'guerra del gas' concluyó rápidamente y, en gran parte, debido al interés de Ucrania de no empeorar sus relaciones con la UE, a la que aspira a ingresar.

Los analistas advierten que éste no es el caso de Bielorrusia, cuyo presidente, Alexandr Lukashenko, está enfrentado a la UE, quien le considera un dictador. De momento, las espadas se mantienen en alto cuando faltan pocos días para que expire el contrato (31 de diciembre). 'No somos Santa Claus para hacer regalos', recalcó ayer, amenazante el portavoz de Gazprom.

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