El Gobierno sube la luz un 2,8% a los hogares y un 6,5 a la industria
Al final, se impuso el criterio político y la tarifa eléctrica subirá el 1 de enero una media del 4,3% y del 2,8% (en línea con el IPC estimado y según lo prometido) para los domésticos con menos de 10 kW de potencia contratada. La industrial sube por encima de esos porcentajes, un 6,5%. Estos incrementos, que se suman también al 2,8% promedio de la tarifa del gas, se revisarán trimestralmente.
Tras la alarma generada por la noticia de que Industria preparaba una subida media de las tarifas eléctricas del 10%, desmentida posteriormente por Moncloa, el ministerio de Joan Clos ha tenido que hacer auténticos encajes de bolillos para hacer cuadrar los intereses políticos (léase, electorales) y la necesidad urgente de frenar el déficit tarifario, que este año rondará los 4.000 millones de euros.
Finalmente, según el borrador del real decreto de tarifas que Industria remitió ayer a la Comisión de la Energía, la subida media para 2007, que será revisada al finalizar el primer trimestre, será del 4,3%, con una discriminación positiva para las domésticas con potencia contratada inferior a 10 kW, que se dividen en tres tramos. Así, para los consumidores con potencia inferior a 2,5 kW la subida será de un 2%, lo que supone extender la llamada tarifa social de 135.000 clientes (hasta ahora con 0,77 kW) a 4,5 millones. Para el siguiente tramo, entre 2,5 kW y 5 kW (potencia contratada para la gran mayoría, 15,3 millones de clientes), la subida será del 2,76% y del 3,31% para los casos en que la potencia se sitúe entre 5 kW y 10 kW.
Todo ello dará lugar a un incremento medio del 2,8% (0,74 euros de subida media al mes) para los consumidores domésticos, referenciado al IPC estimado para este año, que tanto había prometido el Gobierno. Además, se crea otro grupo de consumidores, el resto de los que tienen contratos en baja tensión (pro hasta 15 kW), a los que se subirá la luz un 4,26%.
En el caso de los conectados a media y alta tensión (la gran industria) el alza será la más elevada (el 6,5%). En este caso, según el ministerio, se establecen medidas compensatorias, como las cláusulas de interrumpibilidad o la discriminación horaria. También los domésticos podrán acogerse a este tipo de tarifas, con reducciones entre el 2% y el 8% para consumos nocturnos.
La gran industria, que rechaza también subidas por encima del 2,8%, 'dado el cariz electoralista que tiene la doméstica', según fuentes de estas empresas, encajará una subida superior porque 'tiene un mayor margen para gestionar su demanda y apostar por tecnologías eficientes', según una nota remitida ayer por el Ministerio de Industria.
Estas tarifas, que entrarán en vigor el 1 de enero, tendrán una validez trimestral pues el Gobierno va a establecer, a través de una orden ministerial que tramita también la CNE, un sistema de subastas de energía a plazo (trimestrales) entre generadoras y distribuidoras para ajustar los costes a las tarifas y frenar el déficit de tarifa. La distribuidora comprará a plazo la energía que necesite para abastecer a su mercado a tarifa en un trimestre y el precio pagado servirá de referencia para que el Gobierno fije las tarifas, con lo que se evitarán los déficit. La primera subasta se hará el 1 de abril.
El Gobierno también ha remitido a la CNE la revisión del precio regulado del gas natural (en estos momentos, hay media docena de tarifas) a partir de enero, que se salda también con una subida promedio del 2,8%. Las del gas natural se revisan cada trimestre y se referencian a los costes medios de las materias primas. Frente a las fuertes subidas que se registraron en 2005, este año, las tarifas de este combustible sólo experimentaron subidas en enero.
Las nucleares se quedan sin 300 millones
El nuevo borrador del decreto de tarifas incluye la eliminación de la retribución por garantía de potencia de las centrales nucleares, que supone un hueco para la tarifa de unos 300 millones de euros y que las empresas eléctricas dejarán de percibir anualmente.El secretario de la Energía, Ignasi Nieto, desveló hace unos días en un encuentro con representantes del sector eléctrico los deseos del Gobierno de revisar la metodología de retribución de la llamada garantía de potencia. Unos ingresos que las centrales eléctricas reciben en función de su disponibilidad, que supone un coste total en la tarifa eléctrica de unos 1.100 millones anuales.Según el actual sistema, las centrales reciben garantía de potencia si cumplen con unos requisitos de operatividad mínima de 50 horas anuales. El sistema, en su origen, persigue incentivar a las centrales poco rentables y de escaso funcionamiento, pero que son necesarias en momentos con picos de demanda.Sin embargo, en España, el mecanismo se pervirtió hace unos años cuando, a cambio de una quita en los CTC, el Gobierno del PP dio garantía de potencia a todas las centrales. Eliminar la garantía de potencia a las nucleares (el decreto de sobre energías especiales, también elimina la garantía de algunas renovables) no provocará, en opinión de Industria, distorsión de precios.