BMW X5, la nueva referencia todoterreno
Con la puesta al día de competidores como los Mercedes ML, el Porsche Cayenne y el Volkswagen Touareg, acontecida al tiempo que arribaban al mercado otros como los Audi Q7 y los Mercedes GL, a BMW no le quedaba más remedio que acometer la sustitución del X5, uno de esos modelos que han marcado un antes y un después en la categoría.
El relevo de este SAV -por sports utility vehicle, como prefiere llamarlo la marca- ya está aquí, y comprende una paquete de mejoras suficiente como para encumbrarle al top de la categoría. Por lo pronto, mide 19 centímetros más de largo (4,85 metros), es seis centímetros más ancho -1,93 metros-, y la batalla o distancia entre ejes crece hasta los 2,93 metros, desde los 2,82 anteriores.
El resultado, pues, es un automóvil más grande, también gana cinco centímetros de altura, que por primera vez admite una tercera fila de asientos, opcional por 1.700 euros y configurada por dos butacas independientes fácilmente escamoteables en el piso del maletero.
La marca asegura que adultos de hasta 1,70 metros de altura pueden viajar en ellas. De hecho, cuentan con cinturón de tres puntos y reposacabezas regulable, si bien ni por acceso ni por el hueco restante para las piernas resultan aconsejables si la idea es hacer largos recorridos y los viajeros no son niños.
El X5 se desmarca de su predecesor con una calidad percibida que, ahora sí, puede tacharse de BMW 100%. El puesto de conducción es simétrico al de un turismo, y en él sobresale un selector de cambio -la gama se beneficia de la última generación de la caja automática y secuencial Steptronic de seis relaciones-, electrónico y ergonómico, que reduce al mínimo el esfuerzo para engranar marchas.
Y es que el X5 atesora todo un arsenal técnico que incluye, entre otros aspectos, dirección Servotronic de asistencia inversa a la velocidad, control de frenada en curva CBC y de descensos HDC, o bien la última generación de la tracción total xDrive, con reparto constante de par entre los ejes delantero y posterior según la adherencia puntual. También se coordina con la dirección, el control de estabilidad DSC, con función 'antilatigazo' para remolques, la gestión del motor y el antibloqueo de frenos ABS, lo que incrementa la seguridad a todos los niveles y mejora la eficacia al abordar cerrados virajes.
La dinámica general del nuevo BMW X5 es ejemplar, de lo mejor del segmento, merced a un chasis con amortiguación independiente con eje anterior de doble brazo inferior, algo inédito en modelos de este tipo, que lo pega al suelo con decisión. De paso, puede llevar 'AdaptiveDrive', que no varía la altura de la carrocería, pero endurece la suspensión y reduce balanceos en conducción dinámica.
Por supuesto, de serie o en opción, no faltan la cámara de retrovisión, 'Head-up display', vídeo DVD, un 'iDrive' más lógico y avanzado, iluminación activa frontal, ópticas de freno adaptativas, neumáticos 'Run Flat', junto al X3.
Hay para elegir: sendos gasolina, 3.0 y 4.8 de 272 y 355 CV, más un turbodiésel 3.0 de 235 CV.