Nuevos tesoros egipcios
La herencia egipcia no deja de sorprender, dejando al descubierto nuevos elementos que añaden algo de luz al misterio que rodea a esa soberbia civilización. Un equipo de 50 expertos entre arqueólogos, ingenieros electrónicos, buceadores y deportistas han desvelado el secreto mejor guardado del delta del Nilo: diez años de trabajo han arrancado a las aguas marinas el puerto antiguo de Alejandría y las ciudades de Heracleion y Canope, sumergidos desde varios siglos años por las crecidas del Nilo y diversas causas naturales.
Tres lugares unidos por 'la geografía, la historia y su destino final', según Franck Goddio, apasionado del mar y director de orquesta de este gran trabajo de investigación. Se trata, además, de tres misterios resueltos, después de que en el siglo VIII de nuestra era estas tres ciudades quedaran sumergidas bajo el agua. Uno de ellos ha resultado especialmente gratificante. Heracleion (en griego) y Thonis (en egipcio) eran la misma ciudad, dando fin a las inútiles búsquedas de dos ciudades distintas en los mapas antiguos. Ahora, las galerías nacionales del Grand Palais de París presentan bajo su elegante clave central de hierro verde 489 piezas recuperadas, 'una proeza arqueológica que equivale al descubrimiento de Pompeya', según ha explicado Gereon Sievernich, director del museo Martin-Gropius-Bau de Berlín, donde han estado expuestas entre los meses de mayo y septiembre, con 400.000 visitantes'.
La muestra traza 1.500 años de historia, desde el siglo VII antes de Cristo hasta el año 800 después de Cristo. 'Todo empieza en el año 700 en Heracleion, puerto donde según la leyenda habrían llegado Helena y Menelas después de la guerra de Troya', según Goddio. A tres kilómetros de ella, Canope era conocida por su gran santuario dedicado al dios Osiris, donde venían peregrinos de todo el mundo. En el año 331 antes de Cristo, Alejandro Magno cambiaría el destino de estas dos ciudades fundando Alejandría, que se convertiría en la nueva capital.
La muestra es un recorrido por los vestigios de este vasto episodio histórico. Las piezas más impresionantes son tres colosos, una pareja de reyes que no ha sido identificada y la tercera representa a Hapy, dios de la inundación del río Nilo y símbolo de la fertilidad y de la abundancia, la mayor estatua conocida de este dios.
A ellos se suman las cabezas de colosos como la de Cesarion, hijo del emperador César y Cleopatra, en granito negro, que data del siglo I antes de Cristo.
Hasta el 16 de marzo, los visitantes podrán también admirar la capilla de piedra de las Décadas, considerada el calendario astrológico más antiguo de la historia, que se remonta al año 380 antes de Cristo. Otros tesoros en desigual estado de conservación dan muestra de la riqueza de un periodo que comprende los últimos faraones, la invasión romana, la dominación bizantina y los primeros años de islamismo en la región.