EE UU retrasa el acuerdo de cielos abiertos con la UE
EE UU echó ayer por tierra la posibilidad de cerrar el acuerdo de 'cielos abiertos' con la UE. El Departamento de Transportes dijo que no permitirá que inversores extranjeros amplíen su control sobre aerolíneas americanas, un punto clave para Bruselas.
El departamento de Transportes ha dado marcha atrás sobre el plan de permitir que inversores extranjeros controlen más del 25% de una aerolínea estadounidense. Es un punto que Bruselas considera vital para cerrar este acuerdo bilateral de liberalización aérea. El ejecutivo comunitario quería que los inversores extranjeros tuvieran la posibilidad de tomar decisiones de marketing, rutas y que las aerolíneas europeas pudieran volar a EE UU desde más puntos que desde su hub nacional.
Las demandas de Bruselas estaban apoyadas por la Administración Bush pero durante el periodo de consultas con los afectados se ha registrado un fuerte rechazo que ha llevado al debilitado Gobierno de Bush a dar el carpetazo.
Los sindicatos, temerosos de nuevos recortes de empleos en un sector en los que se han registrado ya bancarrotas en serie, y Continental, han sido los más opuestos a este acuerdo. Esta aerolínea cree que tal y como estaba la propuesta nunca tendría acceso al aeropuerto de Heathrow, uno de los más activos de Europa
Mary Peters, titular estadounidense de Transportes reafirmó, no obstante, su compromiso de cerrar un acuerdo con la UE. Además explicó que su objetivo es dar a las aerolíneas de EE UU acceso al mercado de capitales mundiales' y que intensificará el diálogo con los que se han opuesto a este plan.
Pese a las buenas palabras, para Bruselas la situación ahora es de estancamiento, según fuentes europeas. Las dos partes trabajan desde hace cuatro años sobre ese nuevo convenio, llamado a reemplazar los que EE UU ha suscrito individualmente con 15 de los países de la Unión Europea. El Tribunal de la UE declaró ilegales en 2002 esos acuerdos.
Fuentes comunitarias indicaron ayer que EE UU deberá ofrecer ahora nuevas contrapartidas que compensen la retirada de su última oferta negociadora, la cual incluía la posibilidad de que inversores europeos, sin llegar a superar el 25% de participación en el capital, pudieran acceder a la gestión de aerolíneas estadounidenses.
Bruselas tiene varias reivindicaciones en la recámara. Entre ellas, la de pedir a EE UU que sus aerolíneas participen en el mercado de emisiones contaminantes que la UE creó hace un año y en el quiere obligar a participar a sus propias compañías.
La otra posibilidad sería 'reequilibrar' el acuerdo, privando a las aerolíneas del derecho a cubrir trayectos intracomunitarios, una libertad que ahora disfrutan y que Washington no reconoce a las empresas europeas.
Los ministros de Transportes de la UE analizarán estas opciones el próximo día 12 en Bruselas. Las fuentes consultadas consideran 'prácticamente imposible' que el acuerdo con EE UU pueda cerrarse ya este año.
Una Administración débil
Nunca el ejecutivo de Washington había hecho gala de tanto poder como con la Administración Bush, pero, el revés de las elecciones y la mayoría demócrata han devuelto protagonismo y el peso al Congreso. Y en las cámaras no gusta el acuerdo de 'cielos abiertos'. De hecho, los dos comités presupuestarios del Congreso bloquearon su aprobación y ahora el Gobierno ya no se atreve a caminar a contracorriente del legislativo.El nuevo Congreso que se abra en enero, con mayoría demócrata se lo pondrá a Bush aún más difícil.En Europa hay esperanzas de que la presidencia alemana que se inicia el 1 de enero tenga mejor suerte a pesar de todo. Pero también en la UE hay problemas. El acuerdo requiere la aprobación unánime de los 25. Y Londres ya ha dejado claro que no permitirá que British Airways pierda el dominio de los vuelos transatlánticos desde Londres salvo que el nuevo acuerdo sea mucho más ambicioso que el actual.