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Análisis

El Banco de España saca los colores a la innovación

Critica las deficiencias españolas en la disponibilidad de recursos humanos y capital semilla.

En su boletín económico de noviembre, el Banco de España dedica un capítulo entero a analizar las políticas de innovación en los países de la Unión Europea, a través de los programas nacionales de reforma que han tenido que presentar para cumplir con la Agenda de Lisboa, que prevé que los países destinen el 3% de su Producto Interior Bruto a innovación, desarrollo e innovación.

En el estudio, el supervisor coloca a España en el grupo de los países rezagados, junto a Grecia, Italia, Portugal e Irlanda, de los que asegura que existen 'claras deficiencias en la disponibilidad de recursos humanos y de capital semilla, así como por lo que respecta al marco regulatorio de productos'.

En el caso concreto de España critica tres aspectos concretos: la falta de relación entre la parte pública y la empresa privada, las deficiencias del sistema educativo y las facilidades otorgadas a la inversión extranjera.

Para el primer caso, pone como ejemplo el programa Cenit, incluido en Ingenio 2010 para fomentar la cooperación entre el ámbito privado y público. 'La existencia de instituciones investigadoras públicas permite acometer proyectos que, por tener resultados inciertos o un periodo de maduración largo, no tienen viabilidad comercial a corto plazo', apunta el informe. No obstante puntualiza que 'la cooperación de agentes privados y públicos que comparten costes y beneficios puede verse mermada si la empresa privada impone condiciones de exclusividad sobre el conocimiento generado con sus fondos en el sector público o si conduce a que la institución pública disminuya su personal investigador, lo que podría resultar en una menor capacidad de adopción de nuevas tecnologías'.

Otro factor que puede restringir el avance tecnológico del tejido industrial español, a juicio del Banco de España, es la concesión de facilidades a los flujos de inversión extrajeras, que permiten la llegada de nuevas tecnologías que pueden difundirse a empresas nacionales. 'Sin embargo, esa tecnología compite con la desarrollada por las de las empresas del país, lo que tiende a dificultar la generación de innovaciones locales', subraya.

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