Codorníu niega el pago de siete millones a su competidor Freixenet

Los dos grandes elaboradores de cava, Freixenet y Codorníu, han hecho un pacto de silencio para salvaguardar el acuerdo con el que ponían fin el pasado verano a la denominada guerra del cava. En un comunicado conjunto sin precedentes, ambas compañías dicen 'estar en desacuerdo con el contenido de las informaciones aparecidas', en las que se cifraba en siete millones el pago de Codorníu a Freixenet para zanjar más de una década de disputas.

Ambas empresas se acogen a las cláusulas de confidencialidad en las que se ampara su acuerdo extrajudicial para no dar más detalles. 'Las valoraciones cuantitativas expresadas no corresponden a la globalidad del acuerdo', apunta el comunicado rubricado por los máximos ejecutivos, la presidenta de Codorníu, Mar Raventós y el presidente de Freixenet, José Luis Bonet. El silencio que impera en ambas empresas no ha impedido al presidente de Freixenet, José Luis Bonet, revelar que el acuerdo alcanzado con los Raventós 'era muy satisfactorio'. La batalla entre ambas empresas se desencadenó en 1996, cuando el entonces director general de Codorníu, Jordi Raventós, denunció que Freixenet comercializaba botellas que no llegaban al mínimo de crianza (nueve meses).