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Alois Bättig

'Las grandes fortunas crecen en España al ritmo de Europa del Este'

El jefe de banca privada de Credit Suisse en Europa destaca el potencial del mercado español, apoyado por las plusvalías del boom inmobiliario y de la venta de empresas.

Credit Suisse ha encontrado en la banca privada el punto de apoyo para su crecimiento en España, junto con la banca de inversión. El banco suizo gestiona en nuestro país un patrimonio de más de 4.000 millones de euros de grandes clientes, que crece a un ritmo del 30% anual.

¿Qué planes de crecimiento tiene Credit Suisse en España y qué papel ocupa el mercado español en el negocio global del grupo?

Es uno de los mercados más atractivos para nosotros en Europa, y el banco está muy comprometido con España no sólo en banca privada, sino también en banca de negocios y gestión de activos. Hemos hecho avances sustanciales, hemos crecido más que el mercado y nos hemos centrado en el crecimiento orgánico, con los mejores profesionales. En este sentido, tenemos una fuerte cultura de empresa, vamos a seguir fichando gente por su calidad, no por aumentar la plantilla. Para ser bueno en este mercado lo importante son las personas. Hoy en día tenemos más credibilidad en el mercado español.

'El inversor español es exigente y se ha sofisticado muy rápido'

Después de la regulación de los hedge funds, ¿es suficiente el abanico de productos disponibles en España en banca privada o aún es escasa la oferta?

El inversor español es tan exigente como cualquiera y se ha sofisticado muy rápidamente. Toda la competencia está aquí, no falta nadie. Los hedge funds han sido un paso adelante; ahí estábamos en desventaja frente a otros mercados europeos. Además, la reforma fiscal y la tributación por plusvalías al tipo único del 18% va a dar más liquidez y va a ser bueno para los inversores. En España hemos salido ya de la oferta de un solo producto; se ofrece una solución global, de traje a medida. Y hay más interés y mayor sensibilidad hacia inversiones alternativa, como los hedge funds.

Es de sobra conocido el fenómeno de las nuevas fortunas que han surgido en España gracias al boom inmobiliario. ¿Cómo influye este fenómeno en el negocio de banca privada?

Sin duda alguna es una oportunidad. El patrimonio inmobiliario supone el 30% de los activos totales de los clientes de banca privada, y el banco ha creado servicio específico para tratar estas inversiones. Se está viendo que la gente tiene propiedades inmobiliarias demasiado similares entre ellas, ya sea en el sector residencial o en locales comerciales. Lo importante es diversificar, igual que en la renta variable, en función de los perfiles de riesgo y rentabilidad de cada cliente y con un tratamiento fiscal correcto. Como un tipo de activo más de inversión.

¿Cómo ha evolucionado el patrimonio de los clientes de banca privada en España al margen del mercado inmobiliario?

España es el séptimo país europeo en número de familias con un patrimonio en activos financieros de más de 1.000 millones de dólares (sin contar con inmuebles) y crece a un ritmo muy superior al resto de Europa. Lo increíble es que España crece al mismo ritmo que los países de Europa del Este, como Polonia, República Checa o incluso Rusia o India. En este contexto, España es una economía de fuerte crecimiento.

¿Y de dónde procede esa riqueza?

Hay una tendencia general en Europa, aunque en España puede estar un poco más pronunciada: el 50% de esas fortunas corresponden a dueños de pymes, que tienen que pensar en la sucesión de la empresa llegados los 50 años, lo que da lugar a operaciones de private equity. Una situación típica para estas empresas de capital familiar es que los hijos no continúan, o porque no tienen talento o porque no quieren. Y esto crea una liquidez tremenda.

El otro punto destacado es cómo invierten estas fortunas. La mitad de su dinero está en la compañía de su propiedad y otro 30% de media está en inmuebles. Estas personas llevan en el sector inmobiliario desde los últimos 20 ó 30 años y con la venta de empresas, la inyección de liquidez ha ido también al mercado inmobiliario.

¿Estos altos volúmenes de liquidez de las grandes fortunas explican la subida de la Bolsa española?

No tanto. No está directamente relacionado. Hay dos factores importantes para la subida bursátil, y es que hay una gran cantidad de activos en España que históricamente ha estado en renta fija y que, con retornos del 4%, buscan mayores rentabilidades en la renta variable. El segundo factor es la recompra de acciones por parte de las compañías y la actividad de fusiones y adquisiciones. Además, España es un caso particular. El impacto de los bajos tipos de interés es mayor en España que en otros países y la financiación está siendo muy agresiva. Es el caso de operaciones como la entrada de Acciona en Endesa.

¿Están sobrevalorados los mercados? ¿Hay riesgo de que una desaceleración en EE UU arrastre a las Bolsas mundiales?

La situación de los mercados es muy buena y, pese a la subida, no hay una burbuja. No es una situación similar a la del pinchazo de 2001. Ahora estamos recomendando precaución con los bonos de larga duración, preferimos posiciones en bonos a corto. Además, son muy importantes las inversiones alternativas, que no estén correlacionadas con los mercados de renta variable o renta fija, como el capital riesgo o los hedge funds.

Respecto a Estados Unidos, habrá un aterrizaje suave. El consumo no se ha colapsado para nada y a esto ayuda el descenso en los precios de la energía. Tenemos una plataforma ideal para que siga la senda de crecimiento en EE UU. En Europa, Trichet está hablando directamente a los mercados, de forma muy transparente, y anunciando que habrá una subida moderada de tipos que no afectará al crecimiento económico. Tenemos muy pocos signos de inflación y un crecimiento bastante sólido.

Nuevos ricos, caramelo envenedado

Los nuevos ricos surgidos al calor de la especulación inmobiliaria pueden ser arma de doble filo para la banca privada. Alois Bätigg reconoce que las ganancias derivadas del negocio inmobiliario son una oportunidad para la captación de clientes pero, al mismo tiempo, estas nuevas fortunas pueden ser el desencadenante de serios problemas de imagen.Tal es el caso de Espírito Santo y BNP Paribas, que sufrieron recientemente el registro de sus sedes de Madrid y Barcelona por un presunto blanqueo de capitales en alguno de sus clientes. 'El riesgo de blanqueo de dinero siempre va a existir pero para eso tenemos un departamento de control interno tremendamente estricto. Una de nuestras obligaciones es hacer una due diligencie, un análisis de cada inversor nuevo que entra en el banco para ver cuál es el origen de su dinero. En España nos conocemos todos y siempre tenemos la libertad de trabajar o no con un cliente. No vamos a arriesgar la reputación de un banco como Credit Suisse por ganar una cuenta más que nos puede hacer mucho daño', añade Miguel Matossian, responsable de la actividad de banca privada de Credit Suisse en España.

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