Ejemplos de cómo crear empresas y no morir en el intento
Alfonso de Senillosa vendió el coche y su moto, Álvaro Cuesta durmió 3 horas diarias, y Maite Lopategi y Marieta Purcallas optaron por rehipotecar sus casas y bienes. Todos lo hicieron para concretar el mismo sueño: emprender un nuevo negocio. Hoy son felices empresarios.
Los cuatro casos fueron expuestos ayer como ejemplos de experiencias exitosas, durante unas jornadas bajo el lema el Día del Joven Emprendedor, promovida por la Cámara de Comercio e Industria de Madrid y organizada por la Fundación Universidad-Empresa y la Asociación de Jóvenes Empresarios (AJE).
Durante toda la mañana, cientos de estudiantes universitarios y de institutos de formación profesional de la región abarrotaron el auditorio sur de IFEMA para escuchar cuáles son los principales problemas que afrontan los emprendedores y cómo hacen para financiar sus proyectos. Pero también para contagiarse del entusiasmo y la iniciativa empresarial de los ponentes.
Marieta Purcallas tenía una gran afición: el bricolaje. Además, le gustaba mucho la bisutería. Dejó su empleo al tener a sus hijos, y un día dio con una solución mágica que unió sus dos pasiones: creó un pequeño artefacto para colocar sus collares, cadenas, pendientes y pulseras. Luego, con un modesto estudio de marketing descubrió que una solución casera como la que proponía convencía a 7 millones de mujeres, sólo en España, con dificultades para almacenar su bisutería.
Hoy, tras haber rehipotecado sus bienes, haber obtenido ayuda de familiares y amigos y patentar el producto, el bisutter para cerca de 60 piezas ideado por Marieta Purcalls se comercializa en más de 100 puntos de venta de El Corte Inglés y La Oca. De hecho, está dentro de los 100 productos más vendidos de Vinçon. Purcalls ya piensa en su exportación.
El relato de Alfonso de Senillosa, presidente ejecutivo y fundador de Workcenter, fue el que más risas arrancó a la audiencia, al admitir públicamente ser un 'desastre estudiantil' y reconocer que su tío se había negado a financiar su proyecto por no confiar en él, a pesar de encontrar su idea muy atractiva. Por eso, decidió vender su coche y la moto para montar un humilde negocio de fotocopias. Con ayuda de un business angels, abrió el primer local que ofrece servicios de reprografía las 24 horas. Actualmente, Senillosa preside una cadena de 22 tiendas que tiene dos millones y medio de clientes y da empleo a más de 400 personas, en 4 ciudades.
El caso de Álvaro Cuesta, creador de la empresa X-Novo, es el opuesto al del fundador de Workcenter. Cuesta se las ingenió para compatibilizar sus estudios de abogacía y economía con su empresa, una consultora tecnológica especializada en derecho de las nuevas tecnologías. Y para ello, contó con el apoyo financiero de AvalMadrid y la AJE. Un incendio en sus oficinas le dejó pérdidas por 50.000 euros. Cuesta no se dio por vencido: continuó viendo a sus clientes en la cafetería de un hotel, y hoy recuerda esa etapa como un 'infierno', pero valora el haber recibido un año después el Premio Joven Iniciativa Empresarial de la Comunidad de Madrid.
Maite Lopategi contó su 'aventura' de cómo creó su compañía de maquetistas, tras vender su casa para montar una oficina.
A pesar de la pujanza de la economía española, el país ocupa el puesto número 39 del ranking de facilidades para crear empresas, por debajo de Armenia, Eslovaquia y Costa Rica, según el Banco Mundial.