La familia Del Pino dispone de 1.200 millones para compras
La familia Del Pino reorganiza las sociedades instrumentales con las que controla Ferrovial. Ha sacado de la constructora a una de las dos, Casa Grande de Cartagena, para que invierta en cotizadas. Ya ha comprado el 5% de Indra y el 5% de Ebro y aún le quedan 1.200 millones que estudia inyectar en breve en una o varias compañías.
Han tenido que pasar cuatro meses para que la familia Del Pino decidiera comunicar los cambios en las dos sociedades de cartera a través de las que tiene el 58,315% de Ferrovial. Ayer difundió que reorganiza sus participaciones para separar su paquete en la constructora del resto. Las disensiones familiares han influido en esta modificación.
La operación ha sido simple y no cambia la participación del 58,3% que los del Pino tienen en Ferrovial. Casa Grande de Cartagena, que tenía el 17,8% de la constructora se lo vendió el pasado 27 de julio a la otra instrumental, Portman Baela, que pidió un préstamo para comprarlo en dos paquetes: uno por 730,9 millones y otro por 731,1 millones, según los datos que constan en la CNMV. El precio fue, respectivamente, de 58,62 y 58,64 euros por acción, un 3% por debajo de la cotización de ese día.
Con esta venta, Casa Grande de Cartagena obtiene 1.462 millones de euros libres para nuevas inversiones fuera del grupo constructor y de servicios. De momento, ya ha destinado 132 millones a adquirir el 5% de Indra, con lo que se convierte en uno de los accionistas de referencia, después de Caja Madrid (15%) y Cajastur, entre otros.
Hace unos días se hizo también con otro 5% del grupo de alimentación Ebro Puleva por una suma parecida, 130,5 millones, con lo que se coloca entre los cinco primeros propietarios.
Ahora le quedan 1.200 millones para invertir. Y el destino serán 'participaciones estables en sociedades cotizadas', según un comunicado de Casagrande. Un portavoz de la familia Del Pino aseguró que las inversiones se materializarán probablemente 'antes de fin de año'. No quiso confirmar ni desmentir si energía será uno de los sectores que está analizando la sociedad de cartera.
Hay que recordar que hace un año el nombre de Rafael del Pino, presidente de Ferrovial, figuró en las quinielas de los compradores del 22% de Unión Fenosa que finalmente compró ACS. Aunque actualmente no parece probable que sus preferencias inversoras coincidan con las de sus hermanos Fernando, María, Joaquín y Leopoldo. Los cinco y su padre, Rafael, figura simbólica en el sector, controlan Casa Grande y Portman Baela de forma concertada.
Ayer no había cambiado esta situación, según un portavoz. Pero diversas fuentes del sector constatan la fuerte división familiar que se ha agudizado en los últimos meses y que ha provocado el enfrentamiento entre dos ramas bien diferenciadas. Una de ellas la lidera Rafael del Pino hijo que, como apuntan en el sector, 'hasta ahora acumulaba todo el poder'. Enfrente estarían dos de sus hermanos, vocales del consejo.
Disensiones entre los hermanos
Desde que Rafael del Pino hijo tomó las riendas de Ferrovial hace unos años, el estilo de gestión de la constructora cambió radicalmente. Mientras Rafael del Pino padre es una figura admirada en el mundo de la construcción, su sucesor ha tenido que ganarse la imagen de buen gestor. La compra del grupo de aeropuertos BAA ha contribuido a ello. Pero algunos de sus hermanos disentían sobre el control que ejercía Del Pino hijo. 'Siempre ha habido diferencias entre dos ramas y ahora se ha enconado' por una nueva situación familiar, según fuentes del sector. En septiembre hubo una señal de los cambios: María del Pino dejó de ser representante de Casa Grande y entró en la ejecutiva en sustitución de Fernando, de quien destacan su deseo de gestionar negocios propios.