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Energía

Alemania recela de la ofensiva de Gazprom y otros grupos rusos

'¡Los rusos vienen!: Alemania, blanco de sus inversiones', titulaba esta semana el diario Süddeutsche Zeitung, reflejando el recelo y la preocupación de la política alemana por la creciente dependencia europea de su energía y la ofensiva de los grandes grupos rusos.

El Gobierno teme los planes del gigante ruso Gazprom -el consorcio con las mayores reservas gasistas del mundo- de invertir en el mercado energético germano. La posible entrada del consorcio ruso en el grupo RWE -uno de los cuatro grandes consorcios energéticos alemanes, junto a Eon- 'desagradaría al Gobierno', según fuentes gubernamentales a la prensa alemana.

Tanto la Cancillería como el Ministerio de Medio Ambiente están tratando de evitar una alianza de RWE con los rusos. Entre tanto, se supone que tras la compra de acciones de RWE (de la que ha informado esta semana la banca de inversión), se oculta Gazprom. La misma Eon ha conseguido eludir los deseos de ésta de entrar en Rurhgas, la mayor gasista alemana.

La posición de Alemania es que antes de abrirle las puertas, Rusia debería facilitar el acceso a su energía. El gigante estatal ruso ha renunciado a la participación de compañías extranjeras en el yacimiento de gas Shtokman, uno de los mayores del mundo, cuya prospección ha decidido llevar a cabo por cuenta propia.

Opciones

Con una cuarta parte de las reservas mundiales de gas, el coloso Gazprom está sondeando varias opciones para invertir en proveedores de Europa occidental y 'RWE encabeza la lista', asegura el diario Handelsblatt. También está interesado en la entrada en otros proveedores energéticos alemanes como EWE y los grandes Stadtwerken (empresas energéticas municipales). Gazprom dispone ya del 49% de Wingas, proveedor de gas del gigante químico Basf. 'Alemania es uno de nuestros mercados más importantes en Europa', ha declarado el presidente de Gazprom, Alexéi Miller, quien quiere convertir el monopolio ruso en una 'compañía a escala global'.

Por su parte, RWE se ha convertido, tras la venta de la británica Thames Water, en un buen candidato para Miller. El analista Matthias Heck, de Sal Oppenheim, calcula que su valor asciende a 67.500 millones de euros. Según Heck, si Gazprom quiere entrar en el negocio energético alemán, 'no dispone de muchas posibilidades; pero RWE es una de ellas'. Sobre todo teniendo en cuenta que uno de sus accionistas, el ayuntamiento de Düsseldorf, quiere vender su 1,1% al mejor postor.

Gazprom cobra 15 céntimos por metro cúbico de gas. Una participación en el negocio de almacenamiento, transporte y suministro le permitiría duplicar sus ingresos. RWE no teme ser engullida completamente porque su compleja estructura de propiedad lo impediría.

Una inversión creciente

Rusia se ha convertido en un excelente cliente de la banca de inversión internacional. Según Economist Intelligence Unit, ha destinado hasta el pasado año unos 120.000 millones de dólares a empresas extranjeras. Aunque sobre todo llaman la atención los movimientos de sus gigantes energéticos, a los grupos empresariales rusos no sólo les interesa el sector de las materias primas, sino también la industria química o la aeronáutica. Clave resulta la entrada del banco estatal Vneshtorgbank (VTG) en el accionariado del consorcio europeo EADS (hasta un 7%). El objetivo de la ofensiva rusa en el exterior es invertir los beneficios millonarios de su negocio gasista y petrolero.

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