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Alemania

Destapada una red de pago de sobornos en Siemens

Los investigadores de la fiscalía de Múnich han destapado en la cúpula de la compañía Siemens un sistema financiero irregular que le permitía comprar contratos lucrativos por todo el mundo.

Altos ejecutivos de la compañía alemana pagaron 20 millones de euros en los últimos cuatro en sobornos para grandes pedidos de empresas o administraciones extranjeras. Según la fiscalía de Múnich -que ha contado en este nuevo caso de corrupción internacional con el apoyo de la Justicia suiza y de la italiana-, dos antiguos miembros del consejo de administración responsables del departamento de Comunicación (Siemens-Com) crearon y gestionaron, con la ayuda de otros empleados, un fondo financiero secreto para sobornar empresas. La fiscalía estudia si Siemens obtuvo así proyectos relacionados con los Juegos Olímpicos de Atenas en 2004 o trabajos de telecomunicación en Asia, Arabia o el Caribe. Por otro lado, la fiscalía de Fráncfort y el fiscal en jefe de la ciudad alemana de Wuppertal, Alfons Grevener, han confirmado sus investigaciones contra varios empleados de la división energética de Siemens. Según informaciones del diario Süddeutsche Zeitung, la fiscalía sospecha que trataron de adjudicarse, mediante soborno, proyectos de centrales energéticas en el este de Europa. Empleados del consorcio italiano Enel habrían obtenido así seis millones de euros de Power Generation.

Investigadores alemanes, suizos e italianos han seguido durante los últimos meses las maniobras financieras irregulares de empleados de Siemens y han descubierto un entramado internacional secreto que permitió crear el fondo, cifrado en 20 millones, desde 2002 en Suiza y Liechtenstein. La fiscalía de Múnich acusa a doce personas (diez empleados de Siemens) de malversación. Entre ellos, al jefe de Finanzas de la división Com, Michael Kutschenreuten, y a Andy W. Mattes, responsable de grandes clientes del mismo departamento. Empresas de EE UU y Austria enviaban facturas a Siemens-Com por servicios de asesoría extraordinariamente gravosos y Siemens pagaba. El dinero iba a parar a sociedades off shore de las Islas Vírgenes, tras las cuales se encontraban empleados de la compañía alemana. Siemens no dispone de personal al que empleados, proveedores y clientes se puedan dirigir para informar confidencialmente de irregularidades. Deutsche Bahn (ferrocarriles alemanes) o VW cuentan entre tanto con esta figura.

Kutschenreuten y Mattes habrían autorizado el pago de grandes sumas a través de facturas ficticias o de empresas tapadera. Según la fiscalía, con este dinero se sobornó a altos ejecutivos de empresas y administraciones extranjeras. Mientras Kutschenreuten sigue siendo alto directivo de la compañía (responsable de la filial inmobiliaria, Siemens Real Estate), Mattes abandonó la empresa a finales de 2005. Según la fiscalía, los acusados actuaron con extraordinario tacto y profesionalidad para ocultar las transacciones. También se estudia si se embolsaron parte del dinero. Todo el proceso de investigación sigue abierto.

El laberinto alemán de la corrupción

Peter von Blomberg, miembro de la directiva alemana de Transparency International (TI), habla del laberinto germano de la corrupción y del soborno. En los últimos diez años se han multiplicado los escándalos financieros destapados hasta registrarse 1.650 casos en 2005. Se han convertido, pues, en el pan de cada día. Un puñado de ejemplos: los últimos culebrones en torno a las empresas Volkswagen (al antiguo jefe del personal Peter Hartz se le acusa esta misma semana de 44 casos de malversación), Infineon (altos cargos del fabricante de chips de Múnich obligaron a sus proveedores a patrocinar, con Infineon, eventos deportivos relacionados con el automovilismo; el hobby de Andreas von Zitzewitz, miembro de la junta directiva de Infineon hasta su dimisión), o Mannesmann (proceso en el que está involucrado Josef Ackermann, el controvertido jefe de Deutsche Bank, al que se acusa de haber consentido pagos indebidos.

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