_
_
_
_
_
CincoSentidos

Nace un lujo de cine para disfrutar de la gran pantalla

Lux Cinemas ofrece cultura, música y alta cocina; Cinesa tiene salas VIP y Kinépolis alardea de imagen y sonido.

Ir al cine ya no consiste sólo en ver la película o disfrutar de una buena compañía, ahora lo que se impone es el despliegue de los sentidos y el placer de un lujo de cine. Así lo están comprendiendo los grandes grupos de exhibición cinematográfica que, cada vez más, incluyen en sus salas nuevos elementos de confortabilidad y distinción. Las butacas con mesitas incorporadas, las salas VIP para pases privados y con servicio de camarero, la apuesta por la imagen y el sonido de la más alta calidad, y una oferta gastronómica de tentación, están dando la vuelta a la imagen de cine tradicional que había hasta hace poco. Las salas en gradas con pantallas gigantes han quedado ya superadas; ahora se ofrece sofisticación.

Lo más de lo más es el modelo que ha puesto en marcha Lux Cinemas, la nueva cadena creada por los propietarios y directivos de Cinebox después de haber vendido ésta a Mercapital. Los nuevos complejos están diseñados con espacios dedicados a la lectura, la música, el ocio y la cultura, un rincón del fumador, bar de copas, etcétera. Se trata de 'ver el cine de forma diferente', explican los directivos de Lux Cinemas. Por eso también proyectan sesiones de cineclub con charlas y conferencias en las que pueda participar el público asistente.

La idea es organizar distintos tipos de actividades, desde sesiones infantiles, hasta pases privados para empresas o particulares. Eso sí, dando siempre una gran importancia a la restauración, porque las palomitas y refrescos ya han quedado superadas por una oferta mucho más sofisticada que, en este caso, incluye comida rápida de lujo. De hecho, la cadena ha estado en negociaciones con varios cocineros de reconocido prestigio, como Ferrán Adriá.

El espectador paga un precio extra por una sala, un palco o una butaca VIP

Y es que Lux Cinemas quiere dirigirse a un público diferente, mayor de 35 años y alto poder adquisitivo que esté dispuesto a pagar un poco más (entre 8 y 12 euros) por ir al cine y disfrutar de una manera placentera.

Este capricho incluye, además de las más modernas tecnologías en imagen y sonido, amplias butacas con mesita incorporada en todas las salas del complejo. Cada multiplex tendrá un mínimo de 15 salas, y al menos una de ellas será de gran tamaño y contará con más de 1.000 butacas. También se incluyen varias salas club (entre 60 y 70 plazas) que llevarán el nombre de las empresas patrocinadoras. El precio por el patrocinio rondará los 350.000 euros al año y permitirá a la compañía interesada insertar su nombre en la sala y realizar diversas acciones de promoción y marketing.

Todos los complejos tendrán una sala polivalente con Wi-Fi para la celebración de eventos, así como palcos privados en cada una de las salas. La idea es que también estos palcos, que contarán con servicio privado de camarero, puedan ser alquilados por temporadas a empresas o instituciones, igual que ocurre en el fútbol o en los toros.

Los primeros cines de la marca Lux Cinemas que se inaugurarán con este innovador escenario son el de Barnasud (el próximo mes de diciembre) y el de Barrió Art Decó, en Madrid, durante el primer trimestre de 2007. También están programados uno en Cartagena y otro en Málaga. En total, hay previstos 16 complejos en tres años con una inversión de casi 30 millones de euros.

Butacas de color rojo

Claro que Lux Cinemas no es el único que ha entrado en esta escalada de lujo. Casi todos los grandes grupos de exhibición van introduciendo elementos de distinción. Cinesa, por ejemplo, cuenta en algunos de sus cines con salas VIP. La mayoría son de los antiguos Warner, cadena que adquirió hace poco más de un año.

En el actual Cinesa de La Moraleja (Madrid) hay una sala VIP con butacas más anchas, de una tapicería distinta de color rojo y apoyabrazos de madera. Este espacio de distinción, que cuenta con 115 asientos, ofrece también un servicio de bar privado. Hay otros complejos como el centro comercial Maquinista, de Barcelona, o el Bonaire (Valencia) que poseen palcos VIP.

La horquilla de posibilidades abarca desde esas salas exclusivas hasta las butacas diferenciadas en la sala general. Este signo de distinción lleva aparejado también el color rojo para distinguirlo de los asientos normales. El precio por estos pequeños lujos oscila entre los 0,50 y los dos euros sobre el coste normal de la entrada, dependiendo de si se trata de una sala, un palco o una butaca VIP.

Kinépolis certifica la calidadpara el paladar

Las tres salas más taquilleras del mercado español son, desde hace años, de Kinépolis. La sala 25 del complejo que tienen en Madrid es la reina, pero también hay otras que le siguen a la zaga. Y es que la apuesta de Kinépolis por el lujo se dirige hacia una imagen y sonido de la máxima calidad. 'Somos los únicos que tenemos la certificación THX (que sacó Georges Lucas) en todas nuestras salas. Los demás certifican las más taquilleras porque cuesta un dineral, pero nosotros lo hacemos con todas', comentan fuentes de la empresa. Kinépolis también intenta ofrecer la máxima comodidad a sus espectadores: doble reposabrazos, una distancia de 1,30 metros entre las filas y cambio de tapicería cuando se detecta el más mínimo deterioro.También se dan pases privados de películas y alquilan sus salas.

Archivado En

_
_