'El fin de la pobreza es posible en esta generación'
La organización arrancó el 11 de diciembre de 1946 para atender a los niños desplazados y refugiados de Europa. 60 años después defiende los derechos de la infancia en 153 países. Los premios Príncipe de Asturias han reconocido este año su labor.
Más del 80% de los niños y niñas del mundo no disfrutan de sus derechos básicos: familia, educación, alimentos, la propia vida. Unicef lleva 60 años trabajando sobre el terreno para atender las necesidades básicas de la infancia, labor que acaba de ser reconocida con el Príncipe de Asturias de la Concordia. 'Se premia la labor de una organización que ha conseguido desde su fundación muchos logros, valorando sobre todo el trabajo de los últimos años, especialmente en el continente africano, el que más sufre las violaciones de los derechos de los niños', declara Jaime Gómez-Pineda, director ejecutivo del Comité Español.
En el año 2000 Naciones Unidas aprobó la Declaración del Milenio para erradicar la pobreza extrema en 2015. Las estadísticas del tercer mundo siguen siendo terribles.
La Declaración del Milenio fijaba ocho objetivos asumidos por la comunidad internacional, el primero de ellos, reducir a la mitad la pobreza extrema y el hambre en ésa fecha. Seis de los objetivos se consiguen mejor si se protegen los derechos de la infancia. En este sentido, creemos que invertir en la infancia es un paso obligado para conseguir los objetivos del milenio. El fin de la pobreza es posible en esta generación. La Historia no podrá decir que no lo sabíamos, exclusivamente nos juzgará si no somos capaces de erradicar la pobreza extrema.
Entre los inmigrantes ilegales que llegan a España, también hay menores. ¿Cuál es la labor de Unicef?
Unicef no realiza programas de tipo asistencial en los países industrializados. Sí lo hizo en los años 50 en España por la situación derivada de la Guerra Civil y la contienda mundial. Hoy en día no, pero somos conscientes de la problemática de los menores y adolescentes que están llegando a nuestras costas. No es ni más ni menos que el reflejo de la situación en origen de los países. Estamos trabajando allí, con los recursos que disponemos para solucionar su situación. Nuestra vocación no es desarrollar programas asistenciales en España, pero sí sensibilizar a la sociedad civil. Estos menores son niños antes que inmigrantes y merecen la atención de todos sus derechos.
¿La solución es la ayuda en origen?
Es la solución para que estos países puedan poner un pie en el primer peldaño de la escalera del desarrollo, salir de esa espirar maligna de enfermedad, muerte, pobreza, hambre y falta de educación que les atrapa y que es una afrenta para los ciudadanos de este mundo, sobre todo para los que más podemos hacer por ellos.
En su defensa de los derechos de la infancia, Unicef busca cada vez más el apoyo de las empresas.
Es una vía prioritaria de acción en los últimos años. En el escenario del mundo industrializado, la empresa, en la cada vez más generalizada política de acción social, está viendo que es un aliado necesario. La sociedad percibe positivamente que desarrolle una estrategia de responsabilidad social corporativa, contribuyendo a través de organismos como Unicef a sacar a estos pueblos de la espiral de pobreza, hambre y muerte. Tenemos mucho que ofrecer a las empresas. Creo que valoran nuestro trabajo, orientado a conseguir soluciones concretas, algo que tiene mucho que ver con el mundo de la empresa.
¿Cuánto supone esta aportación al presupuesto anual de Unicef en España?
Este año podrá llegar al 7-8%. A nivel mundial, es inferior, rondará entre el 4 y el 5%. De todos modos, es una tendencia creciente.
A partir del domingo 29 El País sorteará Mercedes y lofts y destinará los beneficios de la campaña a Unicef. ¿Qué valor tienen iniciativas como ésta?
Valoramos de forma muy positiva este proyecto que para nosotros no tiene ningún riesgo económico, y no sólo por la aportación de recursos, que nos permiten tener una presencia universal, sino porque a través de la campaña muchas más personas podrán conocer los programas que Unicef realiza sobre el terreno. Todo el mundo sabe que sin conocer la realidad es difícil dar pasos para su solución.
Un compromiso de la sociedad
Unicef cuenta con 170.000 socios en España y con embajadores famosos. Jaime Gómez-Pineda destaca la labor de Pau Gasol, que el pasado verano ha viajado a África, comprometido con un programa de niños afectados por el virus del sida. La selección de Baloncesto, Premio Príncipe de Asturias de los Deportes, ha donado los 50.000 euros a Unicef.El director ejecutivo tampoco se olvida de Imanol Arias y Ana Duato, con los que ha compartido un viaje a Níger, el país más pobre del mundo. 'Su compromiso permite dar a conocer la realidad de una sociedad tremendamente golpeada'. Para el director ejecutivo de Unicef, la sociedad española es cada vez más combativa, el tsunami ha generado una ola de solidaridad, pero es momento de pedir un compromiso más permanente. 'Todos debemos hacer frente a ésas lacras con las que vivimos en pleno siglo XXI'.