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Un negocio de 50 años basado en la discreción y la buena mesa

Si sus paredes hablaran, podrían impartir un curso avanzado de negociación y de gestión de empresas. Más de un contrato se ha firmado en los salones particulares del restaurante El Bodegón, situado junto al eje de la Castellana, frente por frente al Instituto de Empresa y a pocos metros de otro afamado del sector, Zalacaín. Pero las paredes no hablan y Francisco Bravo, el encargado que lleva 12 años velando por el bienestar de su clientela, garantiza la más total discreción.

Grandes sociedades como Repsol y el BBVA celebran en El Bodegón comidas de empresa, atraídas sin duda por este trato, el ambiente cálido con sus luces tamizadas y, sobre todo, la cocina vasco-francesa de este restaurante de cinco tenedores, que este sábado celebra su 50 aniversario.

El cocinero de fama internacional Hilario Arbelaitz, que asesora en la elaboración de los platos, y el jefe de cocina José Machado han pasado meses preparando un menú especial para este aniversario. El resultado es una mezcla entre comida tradicional y las apuestas más modernas. Entre los entrantes, la vichyssoise va acompañada de almejas y gambas al aroma de calabaza, y mientras que ofrece, aprovechando la temporada de caza, un lomo de corzo asado, sorprende con un postre de gazpacho de fresas con su propio sorbete.

El restaurante celebra su medio siglo con un menú especial diseñado por Hilario Arbelaitz, a 75 euros y en el que colabora Marqués de Murrieta con un vino etiquetado para la ocasión

El menú aniversario, a 75 euros, se servirá hasta finales de año. De momento, los siete platos que incorpora están teniendo éxito: se han servido cerca de 15 diarios y la dirección se está planteando incorporar alguna de sus propuestas a la carta habitual. Las bodegas Marqués de Murrieta Ygay también participan en la celebración aportando un rioja reserva de 2001 especial para el aniversario.

El equipo de cocina llega a elaborar comidas -de varios platos- para cerca de cincuenta personas cada mediodía. Esto después de haber preparado la comida de la familia, como llaman a los empleados del local, quienes almuerzan a las 12.30. Un total de 27 personas, incluidos tres maîtres y el aparcacoches, miman cada detalle del establecimiento con capacidad para 60 comensales para que el cliente se sienta como en casa. El local dispone también de un salón privado con capacidad para 28 personas, su propia bodega y un maître particular, y de otro salón para las personalidades más vips.

'Es muy bonito cumplir 50 años, no todos los locales de restauración pueden presumir de ello, pero queremos cumplir 50 más', explica Ignacio de la Torriente, adjunto a la dirección de restaurantes del Grupo VIPS. La compañía, que adquirió el local en 1982, tiene la vista puesta en el futuro y quiere dirigirse ampliar su clientela. A presidentes y altos ejecutivos de compañías y otros seniors del mundo empresarial, que forman parte de su clientela tradicional, el grupo quiere añadir a los casi seniors: treintañeros con éxito, del ámbito empresarial y financiero, pero también de otros sectores en auge como el de la moda. 'Queremos mantener la clientela de los padres y captar también a los hijos e incluso los nietos', explica Torriente.

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