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CincoSentidos

Emprender para mejorar la vida de los demás

Cinco españoles pasan a formar parte de la red mundial de Ashoka, asociación que cuenta con miembros como el Nobel de la Paz 2006.

Dicen algunos optimistas que la filantropía está de moda. Que el ejemplo de la Fundación Bill y Melinda Gates, recién galardonada con el Premio Príncipe de Asturias a la Cooperación Internacional, o el de Warren Buffet, quien decidió hace unos meses donar en vida su herencia a esa misma fundación, cunde entre las grandes fortunas. La lista de empresas que incorporan el concepto de inversión filantrópica se amplía día a día, y hay quien llega en su optimismo a avanzar incluso el estreno de una era en la que el mundo de la empresa se funde con lo social.

Pero la filantropía no es, ni muchísimo menos, terreno exclusivo de las grandes fortunas o corporaciones. Aunque menos visible en la prensa, lo que sí parece más tendencia que moda es la movilización mundial de ciudadanos en favor de los menos afortunados y la eclosión de las iniciativas punto.org.

El recién galardonado con el Premio Nobel de la Paz 2006, Muhammad Yunus, con su revolución de los microcréditos, es el mejor ejemplo de este otro tipo de filantropía que no cuenta desde el principio con el marco de apoyo institucional, económico y mediático que permita multiplicar su efecto, pero sí con una determinación y motivación personal tan clara que hace posible cambios reales y mejoras en la vida de los demás.

'Si todos hiciéramos las cosas que somos capaces de hacer, nos quedaríamos literalmente asombrados', decía Thomas Edison. Hay quien está dispuesto a probarlo. Individuos obsesivos que detectan problemas y se rebelan contra las injusticias, inventan soluciones y se embarcan en la aventura de ponerlas en práctica, por mucho que cueste. Gente que, como los mejores empresarios, buscan altos rendimientos con inversiones modestas, pero para quienes las plusvalías no son monetarias, sino que se obtienen en términos de mejoras en la educación, los derechos humanos, la protección del medio ambiente o la reducción de la pobreza.

Un estadounidense llamado Bill Drayton se propuso hace casi 30 años recorrer el mundo en busca de individuos con estas características. Creó una red mundial llamada Ashoka (el nombre del emperador que en el siglo III a. C unificó la India), de la que es miembro Yunus, y desde entonces selecciona cada año a más de un centenar de emprendedores sociales de todo el mundo para proporcionarles ayuda para seguir adelante con sus proyectos. Los primeros fueron seleccionados en la India, Indonesia, Brasil, México y Nepal y desde 1981 han pasado a formar parte de esta asociación casi 2.000 personas en más de 60 países.

Ashoka es joven en España. Está presente desde el año pasado, con la ayuda de su socio estratégico la Fundació Un Sol Mon de la Obra Social de Caixa Catalunya. Ayer mismo presentó en Madrid a los cinco emprendedores sociales seleccionados, a quienes financiará durante los próximos tres años para que puedan desarrollar y ejecutar sus ideas a tiempo completo. Además de la obra social de Caixa Catalunya, detrás del proyecto también figura el Grupo Vips y el Grupo Norte.

La directora de Ashoka en España, María Zapata, explica que todos los proyectos seleccionados aúnan tres características básicas: 'Son innovadores, tienen detrás gente con empuje, determinación y creatividad y tienen un potencial de impacto que no se limita a lo local, sino que puede llegar a ser global'.

Esta organización cuenta con expertos en muchos ámbitos que ponen la antena para detectar a esta gente especial por toda España y analizar lo que hacen. Después de estudiar más de 500 iniciativas, ha optado por tres hombres y dos mujeres de Galicia, Andalucía Valencia y Cataluña. Sus proyectos, todos en marcha desde hace años, tienen que ver con áreas fundamentales de preocupación social como la exclusión, la discapacidad, la inmigración o el medio ambiente.

La visión de Ashoka es que 'todo el mundo puede cambiar el mundo'. Ese es el lema con el que presenta a sus primeros emprendedores en España. Y la lista promete ampliarse en los próximos años. Zapata cree que es una manera de proyectar modelos para imitar, de convencer de que hay personas reales y sencillas que con ideas innovadoras generan cambios sociales.

Además de respaldo y la ayuda durante tres años, la aportación de Ashoka es facilitar a estos cinco emprendedores los vínculos con otros que trabajen en iniciativas complementarias en otros países y con empresarios privados que puedan implicarse en el proyecto con sus aportaciones.

'Sordos al desaliento'

Tienen una mirada limpia y de larga distancia, como de trascender el presente. Es esa determinación de ir más lejos lo que les hace empezar, pero lo importante es que tienen coraje para seguir, muchas veces, 'haciendo oídos sordos al desaliento', como explica Antonio García Allut. 'A veces siento que hago un trabajo solitario porque poca gente cree en el esfuerzo, el simple hecho de ser observado es un abrazo que se agradece', señala. Ellos no saben qué tienen de especial, pero los cinco coinciden por encima de todo en que 'creen en lo que hacen'. Como explica Isabel Guirao, 'nos creemos lo que hacemos, nos da sentido, lo importante es estar motivados y transmitir esa motivación'.

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