Bruselas amenaza a Hungría con congelarle el fondo de cohesión
La UE pidió ayer por tercera vez al Gobierno húngaro que reduzca drásticamente el déficit público. Aunque ha decidido prorrogar un año, hasta 2009, el plazo para cumplir este objetivo, la Comisión advierte a Budapest que si no lo acata suspenderá el fondo de cohesión.
Hungría sólo lleva dos años y medio en la Unión Europea pero ya se ha hecho acreedora de tres avisos por superar con creces el límite del 3% del déficit público previsto en el Pacto de Estabilidad y Crecimiento. Budapest ha hecho hasta ahora caso omiso de estas advertencias, en parte, quizá, porque al no pertenecer a la zona euro no se le pueden imponer sanciones económicas.
Pero la reciente revuelta popular contra el gobierno de Ferenc Gyurcsány y el endurecimiento del tono por parte de Bruselas parece que obligarán a Hungría a sanear sus cuentas públicas.
Los ministros de Economía y Finanzas de la UE (Ecofin) exigieron ayer a Budapest que presente antes del 10 de abril de 2007 un programa creíble de reducción del déficit. Aún así, el Ecofin, a la vista del grave deterioro de las finanzas públicas, ha prolongado un año, hasta 2009, el plazo para respetar el Pacto.
El Gobierno húngaro se ha comprometido, eso sí, a someter sus cuentas públicas a un examen semestral para que Bruselas compruebe su correcta evolución. Y el comisario europeo de Economía, Joaquín Almunia, aderezó ayer este correctivo con una advertencia sobre la posible suspensión de los subsidios comunitarios que recibe Hungría. 'No se ha planteado todavía, pero puede llegar a plantearse', señaló Almunia al término del Ecofin celebrado en Luxemburgo.
La dirección general de Política Regional de la CE confirmó en Bruselas que sus reglamentos permiten 'suspender' el fondo de cohesión cuando el déficit de un país receptor supera los límites establecidos en Pacto de Estabilidad.
Ese departamento matiza, sin embargo, 'que no se trata tanto de una sanción como de una medida para evitar que el déficit empeore aún más, porque los fondos comunitarios requieren cofinanciación pública del Estado'. La congelación del fondo, de hecho, no supone su pérdida, porque el Estado afectado mantiene su derecho a recibirlo en el futuro. En el caso de Hungría, son más de 1.000 millones en tres años.
El euro queda fuera del alcance húngaro
Hungría soñó con adoptar el euro en 2010, pero la grave situación de sus cuentas públicas (un déficit del 10,1% previsto para este año y una deuda del 68%) ha hecho que el Gobierno de Ferenc Gyurcsány aplace sine die el proyecto. La drástica reducción del déficit exigida por Bruselas obligará a tomar medidas muy radicales de contención del gasto durante los próximos dos años. La Comisión reconoce que el plan de saneamiento fiscal reducirá el crecimiento de la economía húngara, que pasará del 4,1% a poco más del 2% este año y 2,6% en 2007. La dura receta para Hungría contrasta con el trato benévolo a Alemania o Reino Unido. El Ecofin dio ayer prácticamente por cerrados los expedientes contra esos países después de tolerar que violasen durante varios años seguidos el Pacto de Estabilidad.