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CincoSentidos

Dos físicos de EE UU ganan el Nobel

La Real Academia Sueca de las Ciencias concedió ayer el Premio Nobel de Física 2006 a los astrofísicos estadounidenses John C. Mather y George F. Smoot, descubridores del eco del big bang e investigadores del nacimiento e infancia del universo.

Los científicos obtuvieron el galardón por 'su mirada hacia la infancia del universo' y 'sus intentos por entender el origen de las galaxias y las estrellas', según explicó la institución sueca. Mather y Smoot, cuyos nombres figuraban desde hacía unos años en las listas de favoritos entre la comunidad científica, basaron sus trabajos en las mediciones realizadas con ayuda del satélite COBE, lanzado por la NASA en 1989.

Los primeros resultados del satélite se recibieron unos nueve minutos después de las observaciones y el cómputo de éstas fue analizado por más de un millar de científicos. Mather fue el encargado de coordinar el proceso al completo y bajo su responsabilidad quedaron los análisis sobre las irregularidades o perturbaciones de fondo y microondas medidas por el COBE. Las mediciones de variaciones mínimas en las temperaturas de la radiación fueron competencia de Smoot.

Se considera que, inmediatamente después del big bang, el universo puede compararse con un 'cuerpo emisor de radiación'. En el momento de esa emisión, la temperatura del universo debió ser de al menos 3.000 grados centígrados. Después, y de acuerdo con el escenario del bing bang, la radiación se enfrío gradualmente, en la medida en que el universo se expandía. Actualmente, la radiación de fondo se calcula 2,7 grados por debajo del cero absoluto.

Los galardonados pudieron hacer sus cálculos sobre la temperatura gracias a las mediciones enviadas por el COBE, constata la justificación de la Academia Sueca de las Ciencias.

Fruto de sus experimentos se confirmó que, efectivamente, se produjo lo que se conoce como big bang y se identificaron las perturbaciones de la radiación cósmica en los primeros segundos tras la explosión que originó el universo. De acuerdo con el cómputo de esos experimentos, se calculó la edad del universo en unos 13.000 millones de años. Las mediciones de ambos investigadores contribuyeron, además, a considerar la cosmología como una ciencia precisa y a avanzar en el estudio detallado de sus radiaciones.

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