'El mercado valorará que una empresa audite su RSC'
El organismo que dicta las normas más seguidas para elaborar memorias de sostenibilidad presenta esta semana nuevas directrices
El GRI (Global Reporting Initiative) es el organismo referente internacional que marca las directrices para elaborar las memorias de responsabilidad social corporativa (RSC). Más de 700 compañías de todo el mundo se someten voluntariamente a esta autoevaluación. El holandés Ernst Ligteringen, director ejecutivo de GRI, augura revoluciones en el campo de la RSC. Las empresas se están dando cuenta de que hacer negocio es compatible con la responsabilidad social y el respecto al medio ambiente y ese es el paso previo al surgimiento de nuevos modelos empresariales.
Esta semana el organismo que dirige presenta en Ámsterdam las nuevas directrices para la elaboración de memorias de sostenibilidad, conocidas como G3 ¿cuáles van a ser los principales cambios?
Las 97 directrices de 2002 quedarán en 79, pero lo fundamental es que el uso del G3 va a ser más fácil. Hasta ahora las compañías proporcionaban muchos datos pero era difícil extraer de ellos la estrategia o la visión de la compañía en estas materias. Con la guía G3 va a ser más fácil comparar las compañías porque el conjunto de indicadores podrá contemplarse como un mapa. El hecho de que las directrices estén también en formato electrónico facilitará su aplicación.
¿Qué se ha hecho para intentar animar a las pymes a elaborar memorias RSC?
Las nuevas directrices están dividas en tres niveles: A, B y C. El nivel de aplicación A es el equivalente al anterior in accordance (las que informan sobre más indicadores). Esta modificación tiene dos propósitos. El primero es que a las pymes les sea más fácil empezar a hacer el informe enfrentándose al nivel C, y el segundo es que al lector le ayudará a la hora de enfrentarse a una memoria saber si es nivel A, B o C. También ofreceremos la información sobre si el informe está auditado por un tercero o no.
¿No cree que ofrecer voluntariamente información corporativa social no tiene mucho sentido si no está verificada por un tercero?
Nosotros lo que hacemos es propiciar que se ofrezca esa información, pero no hay que olvidar que estamos hablando de algo a lo que las empresas se someten voluntariamente, así que tiene que ser el propio mercado el que dé valor a que la información esté auditada por un tercero y el que presione a las compañías para que lo hagan.
¿El consumidor final tiene en cuenta que las compañías tengan memorias de sostenibilidad? ¿No se mueve más por precio o servicio?
Es evidente que los consumidores no van a mirar el informe de sostenibilidad cada día. El problema es que el cliente tiene varias identidades: puede ser también inversor o trabajador de la propia compañía. Lo que el público quiere es tener la información disponible el día que ocurra algo, sea bueno o malo, en ese momento la querrán instantánea y se va a juzgar mejor si es una información sistematizada que si se trata de un informe en el que la compañía proporciona la información que considera oportuna.
¿No es contradictorio que sean las propias compañías que se someten a los criterios del GRI las mismas que han financiado la creación de las nuevas directrices?
Perdemos de vista otra vez que es una actividad voluntaria, la sociedad está demandando una nueva forma de consumo y de producción más respetuosa con el planeta, el mercado lo está empezando a tener en cuenta y es lógico que sean las propias empresas las que lo financien, además, ¿quién lo va a hacer si no? ¿los gobiernos?
Informes de sostenibilidad: ¿Se generalizarán o se estancarán?
Un estudio interno de una comisión de Naciones Unidas, revelado por el diario Financial Times, pronosticaba que en el año 2020 serían sólo el 11% de las multinacionales las que elaborarían informes de responsabilidad social, por su coste y por la falta de presión legal. Ernst Ligteringen, director ejecutivo del Global Reporting Initiative (GRI), critica que el estudio 'coge la tendencia de crecimiento del pasado y hace una progresión lineal en el futuro', asegura que hay informes con conclusiones diferentes, y se queja de que un escenario 'posible, pero no muy probable' haya sido difundido como si fuera el futuro cierto. El máximo responsable del GRI apuesta por un futuro diferente: 'Las empresas ya no pueden seguir explotando recursos sin reinvertir. Estamos obligados a ser más inteligentes en el uso de los recursos y las compañías que lo hagan obtendrán beneficios en eficiencia, en motivación y en reputación'. Ligteringen aboga por la generalización de las memorias de sostenibilidad entre las pymes y pide que no sólo se considere el coste de realizarlas sino los beneficios que reporta haberlo hecho.