El ADSL ataca la cuota de abono de Telefónica
El ADSL toma protagonismo como imán al que se unen todos los servicios
Cuántas personas conoce que hayan dejado de recibir siquiera una factura mínima de Telefónica?, ¿que hayan dicho adiós a una relación de décadas? La respuesta, seguro, es limitada, y eso que la liberalización de la telefonía fija data de 1998.
Por supuesto, hay millones de personas que se sienten cómodas con el operador tradicional, con las ofertas que les pone encima de la mesa y con los avances tecnológicos que propone. Simplemente, no tienen la más mínima intención de abandonar a Telefónica.
Pero hay otros que sí desean hacerlo y que se han encontrado con no pocas dificultades, sobre todo si se trata de clientes particulares, mucho menos interesantes para el negocio que las empresas.
Hasta hace bien poco, la única manera de desvincularse de Telefónica era renunciar a la telefonía fija -opción que, aunque parezca drástica, tiene peso entre los usuarios de móvil- o tener la suerte de que un operador de cable llegara hasta el hogar.
Más recientemente se abrió otra puerta, la que usan Jazztel y Tele2, por ejemplo, para anunciar servicios que incluyen la cuota de abono de Telefónica, lo que implica la desvinculación total.
Y ahora, el regulador de las telecomunicaciones, la CMT, acaba de autorizar una vía alternativa. Permitirá a los clientes de ADSL de los nuevos operadores darse de baja de Telefónica y optar por cancelar el servicio de telefonía fija sin perder la banda ancha -algo imposible hasta ahora- o mudarse a telefonía IP. En estos momentos, más de 400.000 usuarios de ADSL de Wanadoo, Ya.com, Jazztel y otros podrían beneficiarse de la decisión de la CMT.
¿Cómo es posible la desvinculación? La primera de las opciones -empresas de cable- supone la ruptura total con Telefónica porque el operador entra directamente al hogar del abonado e instala su propia línea. Las otras dos opciones actúan desde la central de Telefónica y lo que hacen es alquilar al ex monopolio el llamado bucle de abonado, que no es otra cosa que el par de cobre que sale de cualquier casa y llega a la centralita más cercana.
Allí se instalan los equipos de las operadoras alternativas que pueden, o bien alquilar todo el bucle o bien quedarse sólo con parte.
Si se opta por el global, la línea queda totalmente desagregada, en lenguaje técnico. Como dueño del bucle, el operador alternativo ofrece al cliente los dos servicios que pueden darse a través de la línea, es decir, voz y datos. En el mercado, esto se ha traducido en ofertas de velocidades supersónicas de ADSL más tarifas planas de llamadas a precios muy reducidos.
Pero este proceso es caro, implica despliegues tecnológicos para soportar varios servicios y es más complejo. Por eso, los operadores alternativos han optado mayoritariamente por la desagregación parcial del bucle.
En esta modalidad, la compañía sólo alquila a Telefónica la banda de datos -la que permite dar ADSL también a velocidades altas y televisión digital-. La voz se la queda el ex monopolio, que cobra una la cuota de abono mensual -13,43 euros, más el IVA-, se use el servicio o no.
En cuanto la nueva regulación empiece a aplicarse esta situación cambia. La CMT ha permitido que los rivales de Telefónica ofrezcan al usuario distintas alternativas para desvincularse totalmente del ex monopolio. En este caso, no se trata de que se queden también con la voz, sino que este servicio puede eliminarse.
Por ejemplo, si alguien sólo usa la línea para tener ADSL, pero las comunicaciones las hace por el móvil, puede dar de baja la voz y ahorrarse 13,43 euros, algo que hasta ahora era imposible. Gráficamente es como si el bucle -el cable que llega al hogar- se dividiera en dos bandas, la de datos y la de voz, y se pudiera prescindir de la segunda.
Pero la potencialidad de la decisión de la CMT va más allá. Lo importante es que a través de la banda de datos la tecnología ha permitido que se dé otro tipo de voz, la voz sobre IP, que es ya muy similar en calidad a la tradicional y con coste mucho menor.
Por ello, ya son varios los operadores alternativos que han puesto a trabajar a sus servicios comerciales para lanzar cuanto antes una oferta de voz sobre IP con terminales especiales. Además, se podrá conservar el mismo número de teléfono. Ahora no hay ninguna propuesta así en el mercado para particulares, dentro de seis meses será otra cosa. Wanadoo, Ya.com y Jazztel tienen otro frente de competencia a Telefónica.
Las claves de la reforma
Precios. Por supuesto, Todas estas posibilidades no son gratis. El operador alternativo tendrá que pagar un alquiler más alto a Telefónica si su cliente de ADSL opta por la desvinculación total. En cualquier caso, la subida del alquiler es muy inferior al precio de la cuota de abono, y el precio final que se cobre al cliente será, por tanto, más barato. Y eso en el caso de que el operador alternativo lo repercuta, algo que dependerá de su estrategia comercial.Plazos. Hay una incertidumbre sobre este nuevo servicio y es que no está claro cuándo se podrá lanzar al mercado. La aplicación de la norma cambiada es inmediata, pero también alude a que los operadores alternativos tendrán que negociar primero con Telefónica -un mes mínimo- y luego el ex monopolio puede tardar cuatro meses, según fuentes del sector, en implementar los mecanismos necesarios para que la novedad sea posible.Alta previa. Una de las características de la desvinculación total con baja del servicio de voz de Telefónica es que es precisamente eso, una baja. Es requisito imprescindible estar dado de alta con el ex monopolio, disponer de una línea y contactar entonces con el operador alternativo. No se sabe si en el futuro se establecerán mecanismos que permitan acceder sólo al ADSL sin tener que pasar por la petición de línea, pero por ahora no es así.Voz sobre IP. Los cambios en la normativa supondrán una aceleración en los planes de dar voz sobre IP (VoIP) de los operadores alternativos. Y éste es uno de los grandes caballos de batalla de Telefónica, que tiene claro que sus ingresos por telefonía tradicional van a decrecer, pero que quiere retrasarlo lo más posible. Quizá ella misma entre de lleno en este negocio, algo con lo que ha amagado, pero que no acaba de realizarse más que en una tímida oferta.