Pago de Larrainzar 2004, una novedad atractiva

La mayor ilusión del empresario navarro Miguel Canalejo es el nuevo proyecto emprendido con su bodega, Pago de Larrainzar. Canalejo, de sólida trayectoria profesional -ha sido durante 10 años presidente de Alcatel y actualmente es consejero delegado de varias sociedades- ha retomado una afición que le viene de familia. Su bisabuelo adquirió una finca de 300 hectáreas en Ayegui, Navarra, y su abuelo fue viticultor y elaborador de vinos. En los 70, la bodega se vendió y el viñedo se arrancó para plantar cereal. Hasta que Miguel Canalejo, apoyado por sus hijos, se decidió a volver a la vitivinicultura. El proyecto se consolidó en 2001.

La moderna bodega se construyó un año más tarde, bajo las órdenes del reconocido arquitecto navarro Fernando Redón. Y no se han escatimado esfuerzos ni inversión en las instalaciones ni en el viñedo; tampoco en el personal técnico: cuenta con el asesoramiento de Ignacio de Miguel, uno de los enólogos más conocidos del país.

En las 13 hectáreas de viñedo, localizadas junto al monasterio de Irache, se cultivan las variedades tempranillo, cabernet sauvignon, merlot y garnacha. Las uvas se cuidan al máximo, seleccionándolas primero en el campo y después en la bodega. El primero de sus vinos acaba de salir al mercado. El Pago Larrainzar 2004 se ha elaborado a partir de un 20% de tempranillo, un 40% de cabernet sauvignon y un 40% de merlot, permaneciendo 12 meses en barricas de roble francés. Fruto de tres ensamblajes (antes, durante y después de la crianza), es un tinto moderno y fácil de beber. Tiene una nariz no muy intensa, aunque denota buenos aromas de fruta madura y tostados de madera (pimienta, ahumados, café). Ligeramente cálido en boca, de cuerpo medio, resulta redondo, fresco, expresivo y con una madera bien integrada. Final largo. Precio: 25 euros.