Nacer con una 'doula' al lado
Un movimiento silencioso y tenaz se extiende por EE UU y Europa: son las madres doulas, críticas con lo que denominan 'industrialización' de la maternidad, que apuestan por el parto en el hogar y por una relación con el recién nacido 'sin normas y tiempos impuestos', en palabras de Liliana Lamers, madre de cuatro hijos y alma máter, junto al médico francés Michel Odent, de esta corriente en Europa.
Cada vez más mujeres, en su mayoría profesionales liberales de entre 30 y 40 años, deciden apuntarse a esta corriente para evitar el miedo y la soledad con que se suele vivir un nacimiento en un centro de salud. 'Son mujeres muy desconectadas de sus madres, las primeras que parieron en un hospital y que no siempre tuvieron buenas experiencias', explica Lamers. Donde más entusiastas hay es en Holanda -donde la mitad de los partos se realizan en casa- y en el Reino Unido; en ambos países la Seguridad Social financia la asistencia en el hogar de las matronas.
Se trata de una tradición ancestral casi desaparecida. En la Grecia clásica la doula (esclava, en griego) era una servidora de confianza. Ahora es una profesional que participa en el nacimiento, sea en el hospital o en el hogar, junto al obstetra o la matrona.
La doula, 'madre por encima de todo', recuerda Inmaculada Sarría, una de las pocas que trabajan en España, transmite confianza y afecto a la mujer, en silencio. 'No hay nada que perturbe más un parto que el ruido, y los nervios del padre', ironiza Lamers. Según los estudios científicos, las cesáreas se reducen a la mitad y la lactancia materna tiene hasta un 52% más posibilidades de éxito. La doula puede dar un masaje a la madre, acompañarla en las respiraciones o acunarla. Permanece junto a ella 'hasta que la lactancia queda garantizada en el hogar y se ahuyenta definitivamente al fantasma de la depresión posparto', dice Sarriá. Además, ayuda con las tareas domésticas para que la madre pueda dedicarse a su bebé.
En España, donde sólo hay 57 'tituladas', el movimiento tiene más críticos que adeptos, aunque las cosas están cambiando. La directora del Observatorio de Salud de la Mujer, Carmen Colomer, se está reuniendo con los médicos y con asociaciones de mujeres para abordar las condiciones de los partos, y si debe reducirse la tasa de cesáreas -ahora es del 25%, cuando la Organización Mundial de la Salud recomienda el 15%-.
Colomer matiza que el objetivo es conseguir porcentajes similares a los de nuestro entorno, 'aunque esos datos no son fáciles de encontrar'. El portavoz de la Sociedad Española de Ginecología, Antonio González, apunta que la OMS 'no tiene en cuenta las condiciones de cada hospital'. Sanidad incluye este año una partida de dos millones de euros destinados a modificar la atención al parto.
Cesáreas, a debate
¦bull; Críticas a las prácticas en el hospital. Ediciones Granica acaba de publicar el libro La revolución del nacimiento, escrito por Isabel Fernández del Castillo. Diplomada en Medicina Tradicional China, la autora ha recopilado testimonios de decenas de mujeres que cuentan su experiencia en el parto y las compara con las recomendaciones de la OMS al respecto. El texto pone en cuestión prácticas como la episiotomía, el uso de la hormona oxitocina para dirigir el parto o el corte inmediato del cordón umbilical. Fernández del Castillo considera que se abusa de ellas, lo cual aumenta el riesgo de cesáreas innecesariamente. También critica los prejuicios contra la lactancia materna y defiende que se mantenga al bebé junto a su madre el mayor tiempo posible.