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Escándalo

Telecom Italia provoca la primera dimisión en el entorno de Prodi

El asesor financiero del primer ministro italiano, Romano Prodi, se ha convertido en la primera víctima del entorno gubernamental que se cobra el escándalo de Telecom Italia (TI). El viernes fue el presidente de la operadora, Marco Tronchetti, y ayer se supo que Angelo Rovati también había caído, después de que la prensa desvelara que fue el responsable de la elaboración de un plan para TI en el que aconsejaba segregar la red de telefonía fija y dar entrada en ella a un grupo de titularidad estatal.

En teoría, Rovati actuó de espaldas a Prodi, quien siempre ha mantenido que Tronchetti no le había informado de los planes de segregación de las filiales de fijo y móvil anunciados el pasado lunes y que se han convertido en la piedra del escándalo.

Con información o sin ella, las dimisiones ponen en primera línea una polémica que se centra en la contraposición entre el interés nacional y la empresa privada. Y es que Prodi ha negado cualquier intervencionismo, pero su reacción a la nueva estrategia de Telecom Italia fue de férrea oposición. No fue él, pero un ministro de su Gobierno pidió la dimisión del artífice del cambio, Tronchetti, que la concedió pocas horas después.

Ahora hay un nuevo presidente en Telecom Italia -Guido Rossi, muy conocido en los últimos meses por su papel de comisario especial para el escándalo de la liga italiana de fútbol-, pero fuentes cercanas a la compañía se preguntan si algo cambiará. En primer lugar, porque Rossi ha asegurado que mantendrá la estrategia de la discordia, pero sobre todo porque los dueños de Telecom Italia siguen siendo los mismos. Tronchetti, a través de Pirelli, y la familia Benetton, tienen el 18% y poco se puede hacer sin su consenso.

Ayer, además, se supo que la Fiscalía de Roma ha abierto una investigación, aunque no su objetivo concreto.

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