Yoga desde el puesto de trabajo
Problemas digestivos, fatiga, lesiones lumbares y cervicales, dolores de cabeza, insomnio, falta de concentración. Son algunas de las lesiones que produce el estrés en el trabajo. Buena parte tiene que ver con la falta de actividad física, para muchos mucho más ostensible cuando se vuelve de vacaciones y los paseos por la playa o la montaña se sustituyen por los recorridos en coche del domicilio a la oficina. 'El cuerpo enferma porque no está hecho para permanecer quieto', señala María Jesús Barata, directora del centro de yoga Oshubara, que propone como solución incorporar movimiento a la vida laboral.
El estrés afecta en la Unión Europea afecta a más de 40 millones de personas, con un perjuicio para las empresas de 20.000 millones de euros al año.
Barata vio hace pocos años la relación entre estrés y problemas psicosomáticos y decidió diseñar un programa de salud laboral, en el que los trabajadores aprenden en pocos minutos cuestiones tan simples como aprender a sentarse correctamente o a respirar. La novedad es que éstas técnicas se pueden practicar sin moverse del puesto de trabajo.
'Muchas personas se sienten fatigadas sin saber por qué; suele deberse a que nadie sabe respirar. O tienen contracturas musculares, porque no se sientan correctamente', informa esta profesora de yoga. Como respuesta a los problemas de salud laboral ocasionados por el estrés en el trabajo, Su propuesta, Yoga en el trabajo (Yet), consiste en dos cursos, uno básico y otro de perfeccionamiento, éste dirigido a personas con más responsabilidades, altos directivos sometidos a un mayor estrés.
Tras abordar la forma correcta de sentarse en la silla para permanecer bien equilibrados y practicar la respiración abdominal, contando mentalmente y aumentando la retención poco a poco, los alumnos practican ejercicios para trabajar cada parte de su cuerpo. Primero sentados: cuello, rostro, hombros, brazos, espalda... Después, de pie, para ejercitar piernas y pie. Por último, una práctica de relajación que consiste en tensionar y relajar cada parte del cuerpo.
Cada ejercicio se realiza en 30 segundos, algunos se pueden practicar mientras se trabaja, sin que nadie se de cuenta, aprecia María Jesús Barata. 'Al principio cuesta, después aplicas las técnicas de forma natural, el cuerpo te lo pide'. Empresas como Coca-Cola, Banesto o el Grupo Santander han puesto a disposición de sus empleados esta herramienta que, en palabras de la directora de Oshubara, 'mejora la salud física y mental del trabajador'.
Invertir en equipos humanos
En el programa Yet no hay posturas del loto ni incienso ni velas, los alumnos no cambian de ropa y las personas que imparten el curso no se presentan como el típico profesor de yoga. Con todo, las empresas españolas no están acostumbradas a este tipo de cursos, comenta la directora de Oshubara.El centro de yoga ofrece dos tipos de cursos, uno básico y otro de perfeccionamiento, pensado para altos ejecutivos y empresarios que tienen equipos a su cargo y viajan a menudo. El primero consta de una fase presencial de una duración de ocho horas -no hace falta que se imparta en días seguidos- y otra fase tutorial de tres horas -9 minutos al día durante 30 días-. En el curso para directivos, la duración de la fase presencial es de 16 horas.Terminada la fase tutorial, Oshubara envía un cuestionario a los alumnos para que cuenten cómo ha cambiado su salud laboral. Con ese cuestionario, se prepara un informe de seguimiento para la empresa que ha contratado los servicios del centro de yoga, 'para que vea que invertir en equipo humano es rentable', indica María Jesús Barata. Los alumnos reciben también un manual de bolsillo para que no olviden lo aprendido, con los diferentes ejercicios indicados en cada tipo de dolencia.