La UE eleva el crecimiento de España al 3,5% este año
La Comisión Europea, en un movimiento sin precedentes desde el nacimiento de la moneda única, revisó ayer al alza las previsiones de crecimiento de las principales economías de la zona euro. A España le augura un 3,5%, una décima más que el propio Gobierno.
La euforia se apoderó ayer, por primera vez en seis años, del departamento de Economía de la Comisión Europea. Su responsable, el comisario Joaquín Almunia, pudo anunciar que la zona euro y la Unión Europea en su conjunto registrarán en 2006 'el mayor crecimiento económico que hemos tenido desde el año 2000'.
Almunia calcula que los 12 países que comparten divisa común terminarán el presente ejercicio con un crecimiento del producto interior bruto del 2,5% (2,7% para la Unión Europea de los 25), cuatro décimas más que lo previsto hace sólo cuatro meses. La revisión al alza se debe a una tremenda mejora en las expectativas de las principales economías de la Unión (la previsión se basa en los datos de España, Alemania, Francia, Italia, Reino Unido y Polonia) y coloca al club europeo en su máximo potencial de crecimiento.
España, según estos nuevos datos, crecerá este año un 3,5% (todavía por delante de Alemania, 2,2%, o Francia, 2,3%), pero acusará una inflación del 3,9%, muy por encima del 2,3% de la media de la zona euro.
Joaquín Almunia cree que, de momento, cualquier revisión de estos datos sería para inyectarles aún más optimismo.
Pero reconoce que para el próximo año aparecen tres riesgos que pueden dar al traste con la bonanza económica de la zona euro.
La evolución del precio del petróleo es la principal amenaza, según el comisario. Una ralentización de la economía estadounidense o un ajuste brusco de los desequilibrios de la economía internacional también podrían afectar gravemente, según la Comisión Europea, los tipos de cambio y de interés.
Apoyo a la continuidad de Juncker
Almunia ofreció ayer su apoyo para que Jean-Claude Juncker siga como presidente del Eurogrupo cuando expire su mandato el 1 de enero. Juncker ha supeditado su continuidad a un diálogo más fluido con el BCE.