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La inversión turística crece en Líbano a pesar de la guerra

Matthew Benjamin / Mahmoud Kassem (Bloomberg)

Mientras que las tropas israelíes entraban en Líbano el 19 de julio pasado, Damac Properties, la mayor promotora privada de la región del Golfo Pérsico, seguía adelante con sus planes para construir una torre de 117 millones de euros en Beirut. La residencia de lujo, de 27 pisos, en cuyo diseño está colaborando Ivana Trump, tendrá piscina, restaurantes y vistas al mar.

El flujo de dinero hacia Líbano desde los ricos Estados petroleros del Golfo ha impulsado el crecimiento económico este año y podría acelerar la recuperación tras la guerra, según John Lomax, estratega de mercados emergentes en HSBC Securities en Londres. Israel, cuyos daños materiales durante el conflicto fueron mucho menores, probablemente se recupere con más rapidez. Sus sólidas exportaciones y su nivel de consumo limitarán el daño causado por el cierre de fábricas y los trabajadores desplazados, explica Serhan Cevik, economista de Morgan Stanley, en Londres.

La economía de Líbano era floreciente antes del estallido de las hostilidades entre Israel y Hezbolá el 12 de julio. El Ministerio de Finanzas pronosticó que la economía crecería el 6% en 2006 frente al 1% de 2005. Con el petróleo a más de 75 dólares el barril, los inversores y los turistas de Arabia Saudí y de otros Estados del Golfo comenzaron, antes de la guerra, a llegar a oleadas al país impulsando su crecimiento. El Gobierno pronosticó que la inversión extranjera directa aumentaría el 20% en el 2006 después de subir a 1.320 millones en 2005.

'Hay mucho dinero que llega a Líbano desde los ricos Estados del Golfo por el alto precio del petróleo; les atrae todo, desde propiedades hasta fábricas', dice un experto en mercados

'Hay mucho dinero que llega a Líbano desde los ricos Estados del Golfo debido al elevado precio del petróleo; les atrae todo, desde propiedades hasta fábricas', dice Tareck Farah, jefe de mercados financieros en Financial Funds Advisors International, una casa de corretaje y administradora de fondos de Beirut. 'Espero que esto continúe. Invierten aquí porque pasan sus vacaciones aquí y les gusta'.

Los funcionarios esperaban un récord de 1,6 millones de turistas este año, atraídos por los restaurantes de vanguardia de Beirut, sus playas de arenas casi blancas y sus montañas. Pero la guerra hizo huir a los turistas cuando las bombas israelíes destruyeron carreteras, puentes, aeropuertos, puertos, centrales energéticas y hasta 15.000 casas, según la ONU. Egipto se benefició de esta guerra de 33 días. Los turistas del Golfo Pérsico que habitualmente van a Líbano, llegaron en masa al país, dice Elhami El-Zayat, presidente de la Federación de Viajes de Egipto. 'Los hoteles de El Cairo están saturados', asegura.

El bombardeo de la planta libanesa de Jiyyeh derramó 10.000 toneladas de combustible, contaminando las dos terceras partes de la costa mediterránea, de 220 kilómetros. El derrame compite en tamaño y coste de limpieza con el desastre del Exxon Valdez en Alaska en 1989. Los daños por 2.000 millones que ocasionó la guerra, llevarán de dos a tres años de reparaciones y sumirán a Líbano en la recesión, asegura el ministro de Obras Públicas y transporte Mohammed Safadi.

Arabia Saudí y Kuwait han aliviado la situación este mes al aportar 1.800 millones en préstamos y donaciones. La Conferencia de Donantes de Estocolmo aprobó la pasada semana ayudas por 703 millones de euros, de los que 32 corresponden a España.

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