Tarjetas para gasolinas baratas
Las entidades financieras han aprovechado el verano para exponer en lugar visible de sus escaparates las denominadas tarjetas affinity o de fidelidad, que premian con descuentos las compras que realizan sus clientes con dinero de plástico. Y dentro del amplísimo abanico de ofertas, ocupan un lugar relevante las tarjetas dirigidas a los conductores. No en vano, la época estival es tiempo de viajes por carretera y este año, además, ha coincidido con un nuevo encarecimiento del precio del petróleo y, en consecuencia, de los combustibles.
Así, numerosas tarjetas de débito y crédito que habitualmente emiten bancos y cajas incorporan prestaciones como el descuento en gasolineras y en otros establecimientos, la asistencia en carretera o la gestión de multas. Se trata de captar clientes y, como gancho, bien puede resultar atractiva una rebaja en el llenado del depósito.
Tales descuentos oscilan entre el 3% y el 5% de la factura, con agresivas excepciones como el 10% que aplica Caja Segovia en su Mastercard Cuota Fija, si bien sólo durante el mes de contratación de la tarjeta y el siguiente.
Caja Madrid ofrece en sus tarjetas de crédito un 5% de devolución en el importe de carburante consumido en las estaciones de servicio Galp España hasta el 31 de diciembre. Igual descuento ofrece Santander en su tarjeta Autoclub Repsol Santander, mientras que la Visa Repsol, una de las más populares, cuenta con un 2% de rebaja en la compra de combustible en las gasolineras de Repsol, Campsa y Petronor más otro 1% en las demás compras. BBVA es la entidad emisora de la tarjeta Mastercard Mutua Madrileña, que ofrece descuentos del 3% en gasolina.
Sin embargo, más allá del aliciente de las rebajas en combustible, el cliente no ha de perder de vista que además está contratando una tarjeta de crédito, con sus correspondientes comisiones de emisión y mantenimiento. Así, las tarjetas de BBVA o La Caixa están libres de cuota anual aunque sólo en el primer año. En el caso de Santander, la cuota es de 60 euros anuales desde el principio, con lo que sería necesario un consumo mínimo de combustible de 1.200 euros al año para amortizarla. Además, el cliente debe comparar el tipo de interés que se le aplica en las compras a crédito y debe sopesar las cláusulas con las que a menudo se protegen las entidades, que eluden su responsabilidad en el caso de incidencias técnicas en los cajeros o por el uso fraudulento de la tarjeta antes de la notificación de la pérdida.
El grupo de distribución Carrefour, creciente competidor de la banca en servicios financieros, ofrecía hasta el martes pasado un 8% de descuento en gasolina por una compra en sus tiendas de más de 30 euros o por ser titular de su tarjeta de crédito, libre de coste de emisión o de mantenimiento.