El alquiler de vivienda sigue sin despegar pese a las ayudas públicas
Las cifras hechas públicas por el Ministerio de Vivienda sobre el grado de ejecución del plan de 2005 evidencian que la demanda continúa prefiriendo la propiedad frente al alquiler. Las actuaciones que han recibido financiación para incentivar el arrendamiento representan sólo el 17,3% de todas las pactadas con las comunidades.
A pesar del poco éxito del alquiler, el Plan de Vivienda 2005-2008 está marchando a buen ritmo cuando se contabilizan las actuaciones para compra de vivienda. En menos de 12 meses (el programa de 2005 comenzó en octubre pasado y se dio por finalizado el 31 de mayo de este año) se ha logrado incluso superar los objetivos pactados con las autonomías. Así, frente a las 126.726 viviendas que se acordaron financiar, el ministerio hizo público recientemente que se habían otorgado recursos para 165.588 actuaciones, lo que da como resultado un grado de ejecución del 130,67%. Esos datos demuestran que está muy cerca de alcanzarse el objetivo inicial del plan cuatrienal elaborado por el equipo de María Antonia Trujillo: beneficiar a 180.000 familias cada año para mejorar su acceso a una casa.
Donde está teniendo más dificultades el nuevo plan de vivienda es en convencer a promotores y particulares de las ventajas que ofrecen las ayudas al arrendamiento como alternativa a la propiedad.
De octubre a mayo pasados se han financiado un total de 22.005 casas para alquilar, el 17,3% de las actuaciones pactadas en convenio. Pero es que si comparamos esas ayudas con el total de viviendas que han recibido recursos, esas más de 165.000, el porcentaje disminuye hasta un escueto 13,2%.
Las cuentas realizadas por este periódico se han realizado sumando las ayudas aprobadas para la construcción de viviendas nuevas para alquilar y las que perciben tanto caseros como inquilinos. Restaría por conocer cuántas de las actuaciones previstas en rehabilitación y suelo serán destinadas a pisos en régimen de arrendamiento, algo que sólo será posible discernir cuando finalice el plan, según reconocen fuentes del ministerio.
La ministra Trujillo anunció al comienzo de la elaboración del programa cuatrienal que el alquiler sería su gran apuesta. De hecho, en unos primeros cálculos estaba previsto que cerca del 40%, en concreto un 37,15%, de las viviendas que financiara este programa cuatrienal, fueran en régimen de arrendamiento.
Pero después, y según se iban firmando los convenios bilaterales con cada una de las regiones esas cifras disminuyeron ostensiblemente hasta situarse en 114.242 casas, el 24,3%, ya que más de un consejero de Vivienda hizo entender al Ejecutivo central que en su territorio no existía tanta demanda de alquileres como la estimada por el ministerio.
Atendiendo sólo a las cifras pactadas con las comunidades, de las 126.726 viviendas que se acordaron financiar, se calculó que 21.147 irían destinadas al mercado de arrendamiento, el 16,6%. Esto demuestra que si se tiene en cuenta el dato primero, el de las actuaciones previstas o el efectivo, el de las que ya han recibido financiación, el peso del alquiler sobre la propiedad es prácticamente idéntico. Lo más positivo es que se han superado en 858 viviendas el número de actuaciones estimadas para alquiler. Esto se explica porque en la ayuda directa que tienen derecho a percibir los inquilinos el número de solicitudes presentadas y aprobadas ha sido superior a los objetivos marcados.
Expertos consultados por este periódico sostienen que según avance el desarrollo del plan irá cobrando más protagonismo el alquiler, si bien recuerdan que el programa debía haber sido más sencillo y no contemplar tantas figuras susceptibles de recibir ayuda, lo que no facilita el acceso de las familias y los promotores a las subvenciones.
Comportamiento dispar según el territorio
Un análisis en detalle de las cifras de ejecución del Plan de Vivienda en cada una de las autonomías refleja cómo cambian las necesidades de un territorio a otro y lo complicado que es en ocasiones para los gobernantes prever cuál va a ser la demanda de cada tipo de ayuda.Buen ejemplo es lo que ha ocurrido en Cantabria y Galicia. Sus autoridades estimaron que debían recibir financiación para 200 y 500 inquilinos respectivamente. Sin embargo, el balance publicado sostiene que fueron 1.024 cántabros y 7.189 gallegos quienes decidieron solicitar esa subvención.En Extremadura, por el contrario, sus responsables de Vivienda también fueron cautos y calcularon que necesitaban ayudas para construir 44 pisos para alquilar y que 25 propietarios solicitarían la subvención para arreglar sus casas antes de alquilarlas. Hasta la fecha, ni en un caso ni en otro se ha recibido una sola solicitud demandando esas ayudas.Sorprende mucho más que tampoco se haya interesado ningún posible casero por dicha ayuda en comunidades como la valenciana, Cataluña o Madrid, tres de las áreas más pobladas del país con una supuesta gran demanda de alquileres latente.