La inflación subyacente se consolida por encima del 3%
La inflación subyacente se situó en el mes de julio en el 3,1% en tasa interanual y lleva cinco meses sin bajar del 3%. El IPC general, por su parte, alcanzó el 4%, una décima superior al mes anterior. El secretario de Estado de Economía, David Vegara, reconoció que la previsión del Gobierno de terminar el año con una inflación del 3% es irrealizable.
Los datos, publicados el viernes por el Instituto Nacional de Estadística, son preocupantes. Sobre todo, la elevada inflación subyacente, que omite de la cesta los carburantes y productos frescos cuyos precios son más volátiles. Además, el dato es doblemente negativo ya que la inflación subyacente la utilizan los expertos para estimar el comportamiento de los precios a medio plazo.
A pesar de que el petróleo -que de enero a julio ha crecido un 33% respecto al mismo periodo del año anterior- no afecta de forma directa e inmediata a la inflación subyacente, sí podría hacerlo en una segunda fase. Sin embargo, David Vegara negó que de momento el precio de los carburantes se haya trasladado a la subyacente. Y auguró que en los próximos meses no se moverá significativamente del entorno del 3%. 'Ello no significa que el dato sea satisfactorio', preciso.
Por otra parte, el IPC general bajó en julio un 0,6% -cifra idéntica a la del año pasado- por las rebajas de verano que han reducido el precio del vestido y del calzado en un 11%. Sin embargo, en tasas anuales, la inflación subió una décima y alcanzó el 4%. El secretario de Estado de Economía explicó este 'ligero repunte' por la subida del crudo, el alza de los alimentos y la 'fuerte demanda' de servicios durante el verano. El inicio del periodo estival elevó en un mes los precios de los hoteles y de los viajes organizados en un 10,5% y un 9,5 respectivamente.
También la alimentación sufrió un significativo aumento, un 0.9% mensual, sobre todo la carne de pollo. Ello parece indicar que el caso de gripe aviar registrado en Álava a principios de julio no ha afectado a la demanda.
En el último año, los grupos más alcistas fueron la vivienda (6,8%) -incluye el alquiler pero no la compra- debido al aumento del precio del gas y del gasóleo para calefacción. Le sigue el transporte que sube un 5,8%, empujado, a su vez, por el precio de los carburantes y lubricantes. Por último, la subida de un 4,8% de los alimentos y bebidas no alcohólicas explican, en buena parte, el 4,1% de inflación.
Así, España sigue liderando el ranking europeo de países con una inflación mayor y dobla la recomendada por el Banco Central Europeo. Quien sí cumple con los requisitos de Bruselas es Francia y Alemania, cuya inflación interanual se situó en julio en el 1,9%.
Se reduce la competitividad
La competitividad de las exportaciones españolas frente a los países de la Unión Europea de los Quince -anterior a la ampliación- disminuyó un 2% en el segundo trimestre respecto al mismo periodo del año anterior, informó el Ministerio de Industria y Comercio. Para calcular este dato se utiliza el IPC por lo que la elevada inflación española es un lastre para la competitividad de las empresas españolas.