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Pequeños gigantes

Bioalgal Marine saca partido al agua del mar

Cultivan microalgas marinas, de las que extraen principios activos que aplican a productos de la industria química, farmacéutica y alimentaria. En los próximos tres años van a invertir 4,5 millones de euros

En qué se parece el negocio de una academia de enseñanza y una biotecnológica que estudia futuras aplicaciones de las microalgas? Esa es la pregunta difícil a la que intenta dar respuesta Ignacio Flores, director técnico de Bioalgal Marine, en su minúsculo despacho desde el que dirige el futuro de dos de las empresas más innovadoras de Almería. Flores, un apasionado del mundo de las microalgas, trabajaba desde hace varios años como director del Centro Almeriense de Estudios Superiores (CAES). 'El centro tenía las cuentas económicas muy saneadas y decidió diversificar sus inversiones introduciéndose en el mundo de las microalgas'.

La elección de las microalgas tuvo que ver con la pasión de Flores y dos profesores de la Universidad de Almería por este mundo. Así que el año 2000 decidieron empezar a trabajar juntos y abrieron ya, por esas fechas, varias líneas de investigación para la obtención de microalgas, la materia prima a partir de la cual comenzaron a hacer los primeros cultivos. Flores explica que este trabajo es muy minucioso. 'Se coge una muestra de agua del mar y se siembran unas gotas en unas placas de agar. A las microalgas, que siempre se encuentran en las primeras capas de agua, se les empieza a estimular su proceso de reproducción inyectándoles al mismo tiempo sales, aire y sol. 'El proceso de multiplicación comienza a los dos días y finaliza cuando el cultivo cumple entre ocho y diez días. Es entonces cuando ya se pueden extraer las microalgas', asegura Flores. Una vez extraídas, las microalgas pasan por una centrifugadora, 'de la que se obtiene una especie de pasta, en la que están incluidos todos los principios activos que nos interesan para que puedan ser aplicados a productos de la industria alimentaria, farmacéutica o cosmética'.

A pesar de lo vanguardista de sus trabajos, el director técnico reconoce que el verdadero salto de calidad de la empresa se produjo en 2004, después de su primer contacto con la Junta de Andalucía. 'Teníamos claro que sólo iríamos a pedir dinero público en el momento en el que tuviéramos realidades investigadoras que enseñar', dice Flores. El contacto fue muy satisfactorio, ya que les permitió convertirse en la primera empresa almeriense acogida al programa Campus, de ayuda a empresas de base tecnológica.

Gracias a este reconocimiento, la empresa recibió un préstamo participativo cuantificado en 100.000 euros a devolver sin intereses en siete años. 'Esta ayuda fue el verdadero espaldarazo para el desarrollo de las ideas de la empresa y para un aumento de la estructura de producción'. Flores dice que cada uno de los trabajadores de la empresa recuerda a la perfección la fecha en la que vence el préstamo de la Junta: el 11 de noviembre de 2011, es decir, el 11-11-11.

'El problema', reconoce Flores, 'se produjo cuando empezamos a crecer demasiado rápido como compañía y quisimos poner en marcha una planta de fluidos supercríticos, dedicada a la obtención de principios activos mediante tecnologías de extracción limpias'. Según Flores, 'ahí fue donde me di cuenta de que no tenía fuerza económica suficiente y que necesitaba que una sociedad me apoyara para montar una planta de extracción, que podía tener un coste cercano a los dos millones de euros'. Los contactos con el grupo de construcción Jarquil, de origen almeriense, fueron rápidos y fructíferos. 'Los antiguos y nuevos propietarios estamos representados en los dos consejos de administración y compartimos también una teoría: el departamento de I+D siempre va a existir en una empresa de estas características, orientada a sacar producto. Cualquier investigación cuesta dinero, pero si se ve que va a dar beneficio, saldrá adelante'. 'Nuestra idea', prosigue, 'es que se van a invertir 4,5 millones de euros en los próximos años entre Bioalgal Marine y Fluidos Supercríticos Bioquímicos (FSB) y estoy convencido de que van a obtener muchos millones de euros de beneficios en cinco años'.

Un buen ejemplo es uno de los primeros productos que ha sacado al mercado, un abono ecológico creado a partir de una microalga llamada espirulina, que lo comercializa bajo las marcas Algafert y Floralgal. 'El abono, especialmente indicado para cultivos de agricultura intensiva, no es más que la mezcla de espirulina, agua y enzimas. Se calientan a una temperatura relativamente suave, al alcanzar un punto determinado de calor, la microalga se rompe y libera los aminoácidos. Cuando le echas ese abono a la planta, le ahorras el trabajo de crear aminoácidos y crece, así, más rápido'.

Flores señala que este abono es una novedad mundial, no es caro y se está vendiendo muy bien en grandes zonas de invernadero. 'Ahora estamos trabajando sobre la posibilidad de lanzar un abono a partir de microalgas que haga que le salgan más flores al olivo'. Si esta investigación sale adelante, asegura, el abono ayudará al cuajado de la flor, 'y cuantas más flores tenga, más olivas habrá y más producción se alcanzará'.

El mismo trabajo ha realizado Bioalgal Marine para fabricar comida para pájaros a partir de espirulina pura. 'Este alimento facilita el trabajo del aparato digestivo del pájaro. Eso se nota en que el animal tiene más vigor y que incluso canta más'. En su interés por ir un paso más adelante en la innovación, Flores avanza que acaban de empezar un proyecto, junto a varios técnicos de la UAL (Universidad de Almería) para la alimentación de peces. 'El campo de la alimentación de peces es más complejo, ya que es un mercado en el que trabajan muchas empresas y donde el producto más ofertado son microalgas cultivadas para peces alevines', señala. En la investigación están sacando extractos de microalgas y los están envolviendo con rotíferos, unos minipeces que sirven de alimento en las piscifactorías. 'Con el extracto', dice, 'les ayudamos a comer y a acortar los plazos de crecimiento, lo que redunda en la mayor productividad de la empresa'.

Pero donde quizá ha encontrado un gran nicho de mercado a corto plazo es en la aplicación de principios activos para la industria farmacéutica, en la que están creando una gran cartera de productos para herboristería, y la cosmética, donde investigan extractos que puedan ser aplicados contra enfermedades como el vitíligo o que puedan ser utilizados como antioxidantes o retardadores del envejecimiento. Sin embargo, donde Flores ha encontrado un nicho de mercado más atractivo ha sido en las aplicaciones de los fluidos supercríticos. Esta tecnología permite mantener a los productos entre un estado líquido y gaseoso, a partir del cual se pueden extraer principios activos, como antioxidantes o betacarotenos, sin necesidad de utilizar disolventes ni químicos. 'Algunos de los primeros proyectos fueron la extracción de licopeno a los tomates, que es un gran antioxidante, que disminuye las posibilidades de cáncer de próstata, enfermedades coronarias y que tiene muchos usos farmacéuticos'.

La asignatura pendiente de Bioalgal Marine es su apertura al exterior. 'Empezamos a vender nuestro producto en Andalucía, ya hemos comenzado a vender en Portugal y los mercados más interesantes para nuestros productos son Marruecos y Polonia, donde se están empezando a construir muchos invernaderos'. Aunque destaca que están ampliando la colaboración que mantienen con Genix, una empresa pública cubana con la que firmaron un acuerdo de colaboración hace tres años. Según Flores, esta empresa tiene una gran experiencia en el cultivo de microalgas al aire libre, 'una modalidad que sólo se puede realizar en países como Cuba o en algunos del sudeste asiático, como Indonesia o Malasia, donde la atmósfera está libre de contaminación'.

Flores comenta lo peculiar del acuerdo, ya que, al no disponer de dinero, los cubanos pagan todos los materiales y materias primas que necesitan mediante microalgas cultivadas de acuerdo con sus necesidades, 'de tal manera que estamos adoptando importantes técnicas de cultivo en invernadero'.

Abonos

Es el primer producto que sacó Bioalgal Marine al mercado y el que mejor está funcionando en cuanto a ventas. El abono, que está especialmente indicado para cultivos que se hagan en intensivo, está formado a partir de la mezcla de una microalga llamada espirulina, agua y enzimas, 'como las que utilizamos para facilitar la digestión'. Se calienta la mezcla y se rompe el alga, que suelta todos los aminoácidos. El abono ahorra a la planta el trabajo de liberar los aminoácidos.

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