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Rioja pagará bolsas para llevarse a casa el vino que sobre de la cena

Las bodegas quieren aliviar la fuerte caída de las ventas provocada por el carné por puntos

Las bodegas pertenecientes a la Denominación Calificada Rioja no están dispuestas a que la implantación del carné por puntos les arrebate su destacado liderazgo en el sector de la hostelería. A partir del próximo septiembre, el Consejo Regulador suscribirá un acuerdo con la asociación hostelera Euro-Toques para patrocinar la distribución de bolsas con unas medidas y un diseño especial en las que los clientes de 500 restaurantes de élite se llevarán a casa el vino sobrante en sus comidas.

Desde que, en diciembre de 2004, la Dirección General de Tráfico endureciera sus campañas antialcohol, el consumo de vino en los restaurantes ha ido experimentando un descenso progresivo, que el carné por puntos amenaza con acelerar hasta la puntilla. De los 714 millones de litros consumidos fuera de los hogares en España se ha pasado a 658 millones en menos de un año.

Javier Pascual, responsable de prensa del Consejo, subraya que 'se trata de una iniciativa que se inscribe en la búsqueda de fórmulas para fomentar el consumo responsable de vino'. A modo de entrenamiento, las bodegas riojanas están desarrollando una experiencia piloto en 14 restaurantes de la comunidad autónoma. Con ello se está consiguiendo que los clientes dejen de pedir una botella por miedo a tener que dejarla a medias porque uno o varios de los comensales tenga que conducir.

La iniciativa ha sido bien recibida por los grandes restaurantes cuyos maestros cocineros consideran el vino como indispensable para acompañar sus platos

La costumbre de llevarse el sobrante a casa (sean restos de comida o de bebida) está ampliamente extendida en los países europeos. Sin embargo, en España este hecho ha sido considerado tradicionalmente como una demostración de tacañería e, incluso, de mala educación. El diseño de unas bolsas específicamente concebidas para esta función aspira a romper esta imagen tradicional e implantar un nuevo hábito, que para nada tiene que estar reñido con la elegancia.

La distribución de bolsas para retirar el vino sobrante también se está aplicando ya en las catas ofrecidas por las bodegas, como un aliciente más del enoturismo. Se calcula que más de medio millón de turistas participan, cada año, en esta demostración, que no sólo es gastronómica, sino también cultural, ya que enseña a comprender la forma de vida de las regiones productoras de viñas y elaboradoras de vino.

La iniciativa del Consejo Regulador del Rioja ha sido recibida con agrado por los grandes restaurantes (Akelarre, Arzak, Echaurren, Can Roca...), cuyos maestros cocineros consideran al vino como un acompañante indispensable para enriquecer el sabor de sus guisos.

Para los caldos riojanos, la conservación del segmento hostelero resulta fundamental, ya que, según subraya el reciente estudio realizado por la consultora Nielsen, ostentan una posición de liderazgo abrumadora, que duplica ampliamente a la de su inmediato seguidor, Ribera de Duero. No hay que olvidar que el rioja es el vino favorito que se recomienda a un amigo en un 58% de los casos (frente a un 12% de la segunda de las opciones) y que resulta muy frecuente que este consejo comience aplicándose en hostelería.

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