Iberia adopta medidas extraordinarias para paliar el caos de El Prat
Iberia tuvo que adoptar ayer medidas extraordinarias en el aeropuerto de El Prat (Barcelona) para paliar la situación derivada de la huelga ilegal que el pasado viernes mantuvieron los trabajadores de tierra de la compañía aérea y que originó el cierre del tráfico aéreo durante once horas.
El aeropuerto funcionaba a un ritmo superior al programado durante la jornada de ayer para lograr que el mayor número de viajeros pudieran coger sus vuelos. Hasta las 18.30 horas, el aeropuerto había operado 535 vuelos, algunos de ellos especiales añadidos por las compañías para tratar de solventar el colapso en las instalaciones, y cancelado 22. Iberia programó un avión Airbus A340 a Roma, destinado habitualmente a rutas de largo radio, para transportar a los pasajeros pendientes de volar a la capital italiana.
Para el reparto de equipajes, Iberia acordó distribuir en el aeropuerto barcelonés los de los clientes que se encontraban en la Ciudad Condal y cercanías. El resto de las maletas y bultos se enviaron en camiones tráiler a Madrid para su entrega en el resto de destinos, según un comunicado de la compañía.
También reforzó el número de empleados para minimizar el impacto de las jornadas pasadas y para arreglar los desperfectos causados en los equipos de carga y descarga, incluso con personal de otras bases de la compañía. Para el turno de la tarde de ayer movilizó a mil empleados, el doble de lo habitual. Más de cien trabajadores se desplazaron a Barcelona para ayudar a normalizar la situación del aeropuerto, mientras que la plantilla de Iberia en Barcelona duplicaba su jornada.
Los pasajeros soportaron largas largas frente a los mostradores de facturación de Iberia, que por la mañana llegaron hasta las cuatro horas. Los casos de centenares de personas que al llegar al mostrador de facturación se encontraron con que su vuelo ya estaba cerrado y problemas con la facturación de maletas fueron las principales queja de los usuarios.
Iberia pidió disculpas por los perjuicios ocasionados a todos los afectados por la situación del viernes y del sábado pasados. La compañía llegó el sábado a un principio de acuerdo con los huelguistas, después de garantizarles que se mantendrán sus empleos otros siete años.