_
_
_
_
Lealtad,1

Nos hemos olvidado del pánico

En una semana la Bolsa ha registrado las dos mayores subidas del año. Mala cosa.

Las mayores subidas del mercado se registran en fases bajistas, y las mayores caídas en fases alcistas. Cierto es que la corrección de este año empezó con una serie de fuertes caídas consecutivas. Y que el mercado se ha estabilizado hasta el punto de estar más cerca de los máximos registrados antes de la corrección que de los mínimos marcados a lo largo de ésta.

Hasta el momento se han cumplido los plazos. La Bolsa se desplomó, el sentimiento inversor se fue por los suelos y todas las noticias parecían negativas. Los hedge funds se pusieron cortos y el mercado rebotó con fuerza inusitada con alguna que otra excusa peregrina. Esta vez fue Bernanke. Es llamativo cómo la percepción de la realidad está condicionada casi al 100% por el bolsillo de los inversores. Ahora tiene todo mejor aspecto. Y, sin embargo, los problemas son los mismos. Con un añadido, la guerra en Oriente Medio. Las consecuencias del conflicto actual son del todo imprevisibles, y deberían añadir, teóricamente, una prima de riesgo al mercado aunque sólo sea por la incertidumbre.

Con todo, cuesta creer que el mercado vaya a reemprender las subidas. El mínimo llegó un mes después del máximo. El contexto es de desaceleración económica aderezada con tipos de interés altos, y la Bolsa ha subido durante tres años de forma prácticamente ininterrumpida. La corrección se antoja insuficiente o al menos, poco proporcional.

Los analistas de Credit Suisse, de hecho, esperan un nuevo deterioro en el apetito por el riesgo de los inversores. Antes, dicen, puede llegar un repunte de los mercados como el que se ha registrado en las últimas sesiones. Un eventual final de las hostilidades en el Líbano puede ser una excusa para este eventual rebote. Posteriormente, ven de aquí a fin de año una repetición del movimiento registrado en mayo que, dicen, ya haría cuadrar las cosas y evitaría un recalentamiento indeseable.

Archivado En

_
_