Almirall, una receta de éxito en el sector farmacéutico
La primera farmacéutica española ha cambiado el tradicional sistema de trabajo por departamentos por el de equipos por líneas de fabricación. La planta de Sant Andreu (Barcelona) es la primera del sector que prima las ideas del empleado, con el objetivo de incrementar el nivel de eficiencia un 33% este año
Nadie mejor que un trabajador a pie de máquina para saber cómo mejorar el sistema de producción. Este es el proceso de transformación que ha abierto Almirall Prodesfarma en la factoría de Sant Andreu de la Barca (Barcelona). El centro, donde trabajan 250 personas, funciona a través de células autónomas, una transición que partió de la típica organización por departamentos. Para el responsable del comité de directores del área industrial de Almirall, Isidro Alastrué, 'antes era el director quien tomaba las decisiones, mientras que ahora es un equipo de personas las que mandan'.
En total, Almirall ha creado seis módulos operativos, tantos como líneas de producción tiene instaladas en las dos factorías de medicamentos barcelonesas de Sant Andreu y Sant Just (tres para medicamentos sólidos, una para líquidos, otra para semilíquidos y una exclusiva para el antiácido Almax). Tres células (dos de sólidos, el de líquidos y cremas y del Almax) corresponden a la factoría de Sant Andreu, objeto del reportaje. El nuevo sistema de producción cuenta con una serie de servicios transversales, como los equipos de mantenimiento, medioambientales y un equipo de conexión entre las factorías. 'Hemos intentado revolucionar la planta para que las decisiones se tomen de abajo arriba', indica Alastrué. Cada equipo de trabajo cuenta con un 'facilitador', una persona que supervisa el trabajo, pero que no toma decisiones. Además, existe otra figura, la del 'consultor', que como su nombre indica se cerciora de que no existan problemas técnicos graves en cada célula y certifica que los trabajadores tengan un buen nivel de formación.
Alastrué remarca que, 'evidentemente, este sistema se ha instaurado de acuerdo con los sindicatos, puesto que se han fijado unos incentivos salariales para que la gente se sienta valorada'. El sistema de células autónomas es pionero en España. 'Existe alguna multinacional que ha planteado un sistema similar en Irlanda, pero han mantenido los antiguos departamentos. En Alemania también se han realizado experiencias semejantes, pero lo que es seguro es que nosotros hemos sido los primeros en España en remodelar todo el sistema de organización', sentencia Alastrué.
La compañía de la familia Gallardo ha protagonizado la única fusión del sector, con Prodesfarma en 1997
Todo cambio organizativo debe tener un beneficio económico, también en el sector farmacéutico. En este caso, es el aumento de la eficiencia, que mide el nivel de producción de una máquina. Con el sistema tradicional por departamentos conseguíamos incrementos anuales de productividad (número de unidades producidas por hora) de entre el 1% y el 2%. 'El nuevo sistema nos ha asegurado ya incrementos de productividad del 10%', señala Alastrué. El nivel de eficiencia normal en la industria farmacéutica se sitúa en el 30%. El objetivo para este año pasa por incrementarlo hasta el 40%. Y todo esto, teniendo en cuenta que es difícil medir la productividad en el sector, puesto que las normas de producción estándar fijan niveles de limpieza que obligan a parar una máquina durante ocho horas, con un récord de 32 horas de parada técnica de mantenimiento. 'Incluso después de terminar tiene que realizarse un trabajo de validación de la propia limpieza realizada. Además, en Almirall siempre intentamos ir un paso por delante del sector y de las normas, siendo aún más exigentes', indica Alastrué.
Todas estas mejoras no serían posibles sin un nivel de automatización absoluto. Una de las estrellas de la factoría de Sant Andreu son los denominados carros filoguiados, 'que ahora ya funcionan con radiofrecuencia, aunque los sigamos llamando así', aclara el director de la fábrica. Esta especie de robots siguen las órdenes de un ordenador central sin que los operarios controlen sus funciones. Cuando detectan un trabajador, se paran e incluso tienen 'áreas de descanso', con un alimentador en el suelo que recarga las baterías.
Historia y liderazgo
Almirall es propiedad de la familia Gallardo. El padre de los actuales administradores (Antonio y Jorge), Antonio Gallardo Carrera, fundó el laboratorio. Sin ser la típica saga familiar de origen farmacéutico (Uriach, Esteve, Andreu, etc.) se ha convertido en líder del sector entre las empresas de capital español. Este puesto de privilegio lo alcanzó en 1997, cuando protagonizó la única fusión que ha habido entre empresas españolas.
También ha sido la primera compañía farmacéutica que ha querido convertirse en una multinacional, con un agresivo plan de internacionalización, al contar con una factoría en Francia. En 2005 obtuvo unos ingresos totales de 751 millones de euros, de los cuales alrededor del 30% se generaron en los mercados exteriores.
I+D. Invierte el 20% de la facturacióndatos
Almirall se ha comprometido en los próximos cinco años a destinar al departamento de investigación básica de medicamentos (I+D) el 20% de las ventas. El importe total de este periodo sumaría los 750 millones de euros y posibilitaría desarrollar entre tres y cuatro medicamentos nuevos con el horizonte de 2010. Por el momento, la compañía ha cumplido este plan, puesto que el presupuesto en I+D para el presente ejercicio alcanza los 178 millones, lo que representa el 22,8% de los 780 millones que espera facturar. Esta cifra también representa un aumento sensible sobre el plan del año pasado, que fue de 109 millones, casi el 15% de los ingresos.Además, la compañía ha inaugurado recientemente un centro de I+D en Sant Feliu de Llobregat (Barcelona), en el que ha destinado 33 millones. De esta forma, Almirall ha unificado los laboratorios al lado de una de las factorías heredadas de Prodesfarma. El centro, que cuenta con una plantilla de 400 personas, se dedicará a fármacos contra enfermedades inflamatorias.